martes, 29 de marzo de 2011

Camino Medio - Nagarjuna


Nagarjuna es uno de los maestros con mas influencia en lo que es la historia del budismo Mahayana. Su enseñanza consistía en seguir con firmeza la vía del medio: desde el punto de vista de nuestro pensamiento individual, distinguimos el tiempo, la vida y la muerte. Pero desde el punto de vista absoluto, tiempo, espacio, vida y muerte no están separados. Sólo hay continuo cambio. El ser humano siempre clasifica - rico y pobre, simpático o antipático, bueno o malo - sin darse cuenta de que con estas divisiones se limita a si mismo y produce desequilibrio, crea caos en el mundo. El espíritu debe encontrar en si mismo el origen de una autentica moral - a la vez personal y universal.
Esta es la historia de la transmision del Dharma de Kapimala a Nagarjuna:
Nagarjuna acompañó a Kapimala durante cuatro años y en cierta ocasión Kapimala recibió de un rey naga la joya que satisface todos los deseos como obsequio. Entonces Kapimala dijo:
“Esta es la mejor joya del mundo”.
Nagarjuna le preguntó:
- Esta es la mejor joya del mundo. ¿Pero tiene forma o carece de ella?
- Entiendes lo que significa tener forma y carecer de ella, pero no llegas a comprender que esta joya ni tiene forma ni carece de ella. Y tampoco comprendes que esta joya no es una joya – respondió Kapimala. Al escuchar esto, Nagarjuna alcanzo la iluminación profunda.
Comentarios de Keizan Zenji:
Los seres humanos equiparan la joya preciosa que satisface todos los deseos a un grano de arroz. Aunque esta joya se convierta en algo creado, sigue siendo una joya. Así cuando el Dharma del Buda se extingue, las reliquias del Buda se transforman en joyas Mani que se derraman por doquier y se convierten en granos de arroz, beneficiando con ello a todos los seres humanos. Cuando nuestra mente original se manifiesta lo hace como una figura de tres cabezas, como un animal con cuernos y pelos y como una gran variedad de otras formas, y este cuerpo insondable retransforma en el cuerpo del Buda, un grano de arroz, la miríada de las cosas o la misma luminosidad. Debéis, pues, comprender esta joya-Mente.
No busquéis la soledad ni os recluyeis en los bosques montañosos como hacían los monjes de la antigüedad. Este es uno de los errores en que pueden incurrir quienes todavía no han alcanzado la iluminación plena. Hay quienes creen que estar rodeados de seres mundanos e implicarse en las actividades cotidianas constituye un impedimento para alcanzar la paz, por esto por lo se alejan de los demás y se aíslan en lo mas recóndito de las montañas entregándose a la práctica del zazen y de la Vía en la soledad del silencio. Pero entenderlo así y ponerse vanamente uno mismo en primer lugar es ignorar la verdad. Vivir en la soledad de las montañas y de los valles, y consagrarse por entero a la propia practica y al propio perfeccionamiento es una forma de caer en un camino equivocado.

LA VÍA DEL MEDIO

Nagarjuna debe haber nacido en el segundo siglo DC en la región Vidharba en el estado de hoy en día Maharashtra. Se dice que fundo un monasterio en Andra Pradesh donde transmitió sus enseñanzas. Estas enseñanzas se encuentran en los 27 capítulos de las “Estrofas sobre las enseñanzas básicas del camino del medio” (Mūlamādhyamakakārikā - abreviado MMK).
Nagarjuna consideraba su postura como una vuelta hacia la enseñanza central del Buda, por lo cual no se le puede ser considerado fundador de una nueva escuela o fundador del Mahayana pero si uno de los maestros hindúes de mas importancia para esta tradición.
El objetivo de la metodología de Nagarjuna era, el rechazo de puntos de vista extremos y transmitir las enseñanzas del Buda como el camino del medio. Especialmente se servia para esto de una explicación detallada del concepto de la vacuidad (śūnyatā) que esta directamente relacionado con el concepto de interdependencia mutua“ (skrt. pratītyasamutpāda).
Para explicar “sunyata” con argumentos lógicos, Nagarjuna expone a los fenómenos a un análisis profundo. Solamente porque los fenómenos son vacíos, estos pueden surgir o desvanecerse, argumenta Nagarjuna. Y solo porque son vacíos, el sufrimiento puede ser superado por medio de las cuatro venerables verdades y el andar sobre el camino óctuplo se hace posible. Si los fenómenos no fuesen vacíos no habría desarrollo y el mundo seria estático, sin cambio, algo así como “congelado hasta la eternidad”. Pero tomando en cuenta la impermanencia del mundo esta claro que esto no puede ser verídico. En ningún sitio hay algo que sea permanente. Y por eso, concluye Nagarjuna, no hay en ningún sitio algo que no sea vacío.
Siendo así todas las cosas son sin ser propio (nairātmya), sin entidad propia (asvabhāva) y vacíos (śūnya), dado que por su dependencia de factores condicionantes no disponen de una existencia propia (svabhāva)
Para Nagarjuna el mundo justamente por esta falta de existencia propia, no puede ser un mundo del ser sino que de un cambio continuo. Las cosas no son, sino que ocurren, como una melodía que no es otra cosa, que una combinación de tonos. Las cosas no pasan absolutamente a la existencia, dado que su nacimiento depende de circunstancias y esta dependencia hace imposible encontrar una primera causa, una raíz palpable. Se pierde en la infinita tela de la interdependencia. Los fenómenos no existen eternamente, no vienen del nada para después volver al mismo nada de donde han venido. Debido a su condición de vacío, los fenómenos no existen ni son no-existentes.
Este razonamiento es llevado por Nagarjuna un paso más allá lo que se refleja con este verso que es uno de los más recitados de la Mūlamadkyamakakārikā y que describe la no diferenciación entre Samsara y Nirvana como la comprensión suprema (prajñā):
“No hay nada, que diferencia al Samsara del Nirvana y al Nirvana del Samsara.
La frontera del Nirvana es a la vez la frontera del Samsara. Entre estos dos no hay ni la más mínima diferencia”. (MMK 25.19-20)
Solo el que no ha experimentado la sabiduría de la vacuidad universal, se apega a la diferencia entre lo relativo y lo absoluto y con eso crea una frontera entre Samsara y Nirvana, que no existe. Dado que la vacuidad significa liberación, todos los seres se encuentran en un estado de libertad. Solo hace falta de esta condición esencial que está libre de diferencias, extremos y limitaciones. Pero Nagarjuna también recuerda que comprender este hecho no es un proceso personal y no es algo que se pueda querer poseer u obtener.
Pero las enseñanzas de Nagarjuna no cesan ahí, afirmando que incluso el pensar que la liberación resulte por medio de la aniquilación del Karma y de los apegos, es en si también solo una diferencia que proviene del desarrollo de conceptos, pero que este desarrollo es aniquilado por la vacuidad. Dado que la vacuidad no es algo que esta detrás de la verdad sino que la verdad misma, todo concepto y desarrollo de concepto queda nulo.
Nagarjuna también reconoció que es imprescindible ser muy cauto con el concepto de la vacuidad dado que se trata de un método para explicar la verdad:
“Sunayata fue enseñada por los budas como un rechazo a cualquier concepto. Aquellos para los cuales Sunayata es un concepto, se les declara incurables”. (MMK 13.8 )
Si se llega al punto en el cual sunayata haya cumplido su papel y ha abierto los ojos para una visión mas profunda, esta debe ser abandonada, como una barca que a uno lo ha llevado a la otra orilla y que no se necesita más. Por lo que Nagarjuna dice:
” No se debe decir vacío“, ni „no-vacio“, tampoco „los dos a la vez” y tampoco “ninguno de los dos”. Pero para la comprensión se puede hablar así”. (MMK 22.11)


1. Me postro ante el todopoderoso Buddha
Cuya mente es libre de ataduras
Quien en su compasión y sabiduría
Ha enseñado lo inexpresable

2. En verdad no hay nacimiento
Y seguramente no-cesación ni liberación
El Buddha es como el cielo
Y todos los seres tienen esa naturaleza

3. Ni samsara ni nirvana existen
Pero todo es un complejo continuo
Con la intrínseca cara del vacío
El objeto del ultimo conocimiento

4. La naturaleza de todas las cosas
Aparece como un reflejo
Pura y naturalmente en quietud
Con la identidad no dual de la verdadera naturaleza

5. La mente común imagina una Identidad
Donde hay nada en absoluto,
Y concibe los estados emocionales -
Felicidad, sufrimiento, e indiferencia

6. los seis estados de ser en Samsara,
La felicidad del cielo,
El sufrimiento del infierno,
Son todas creaciones falsas, invenciones de mente.

7. igualmente las ideas de malas acciones que causan sufrimiento,
Vejez, enfermedad y muerte,
Y la idea que la virtud lleva a felicidad,
son ideas no más, nociones irreales.

8. como un artista asustado
Por el diablo que él mismo pintó,
La víctima en el Samsara
Es aterrado por su propia imaginación.

9. como un hombre cogido en arenas movedizas
Azotando y esforzándose,
Así los seres se ahogan
En el enredo de sus propios pensamientos.

10. equivocando fantasía por realidad
Causas una experiencia de sufrimiento;
La mente es envenenada por la interpretación
De la conciencia de la forma.

11. disolviendo invención y fantasía
Con una mente de visión compasiva,
Permanezca en conocimiento perfecto
Para ayudar a todos los seres.

12. así adquiriendo la virtud convencional
Liberado de la red de pensamiento interpretativo,
El entendimiento insuperable se gana
Como Buddha, un amigo para el mundo.

13. Sabiendo la relatividad de todo,
La última verdad siempre es vista;
Despidiendo la idea de principio, medio y extremo
El flujo se ve como Vacío.

14. Así todo el samsara y el nirvana se ve como es -
Vacío y insustancial,
Desnudo y inmutable,
Eternamente inmóvil e iluminado.

15. Como las invenciones de un sueño
se disuelven al despertarse,
Así la confusión de Samsara
Se marchita lejos en iluminación.

16. idealizando cosas insubstanciales
Como eternas, sustanciales y satisfactorias,
Amortajándolas en una niebla de deseo
La ronda de existencia se levanta.

17. La naturaleza de los seres es no nacida
Y aunque todavía se conciben seres para existir normalmente;
ambos, los seres y sus ideas
son creencias falsas.

18. Es nada más que un artificio de mente
Este nacimiento en una ilusoria existencial,
En un mundo de acción buena y mala
Con un renacimiento bueno o malo para seguir.

19. Cuando la Rueda de la mente cese de dar vueltas
Todas las cosas se acaban.
No hay nada inherentemente sustancial
Y todas las cosas son absolutamente puras.

20. Este gran océano de samsara,
Lleno de pensamiento engañoso,
Puede cruzarse en el barco el Acercamiento Universal.
¿Quién puede alcanzar el otro lado sin él?



FUNDAMENTOS DE LA VIA MEDIA




10.14 - El combustible no es fuego y el fuego no surge de algo diferente al combustible. El fuego no posee al combustible [ de manera inherente ]. El combustible no está en el fuego, ni viceversa.

10.15 - El mismo análisis que se ha hecho para el fuego y para el combustible
puede aplicarse al yo y a los componentes de la personalidad.

13.8 - Los victoriosos han anunciado que la vacuidad es el abandono de todas las conjeturas. Aquellos que caen presos de la conjetura de la vacuidad [ y se obsesionan con ella], ésos son incurables.

15.1- No es posible que una naturaleza propia [esencia] haya surgido de causas y condiciones, entonces sería el resultado de algo.

15. 2 - La naturaleza propia es [por definición] no fabricada y no depende de otra cosa [causa o condición].

15.10 - [Decir que la cosa] “existe” implica adherirse a la doctrina de lo eterno, decir que “no existe” implica una filosofía nihilista. Por tanto, la persona inteligente no debería apoyarse ni en la existencia ni en la no existencia.

17.7 - Cualquier proceso continuo, que comienza con un brote, procede de una semilla. Sin el fruto no habría proceso que surgiera de la semilla.

17.8 - Dado que el proceso continuo surge de la semilla y el fruto surge del proceso continuo, la semilla precede al fruto: por tanto ni hay interrupción [aniquilación], ni es permanente.

18.1 - Si el yo consistiera en los componentes de la personalidad (skandha), su destino sería el surgimiento y la cesación, pero si fuera diferente de éstos, tendría unas características que no pueden atribuirse a dichos componentes de la personalidad.

18.2 - Cuando queda eliminado el yo y lo que le pertenece, no queda nada que se pueda llamar mío, ni nada que pueda ser ego.

18.4 - Cuando las conjeturas con relación a lo mío y al yo se reducen y agotan, cesa la apropiación [apego] y se acaba el renacer.

18.5 - Como consecuencia del agotamiento de la acción y de las impurezas, ocurre la liberación. Porque el que se imagina (vikalpa) [un yo, un mío] sufre la acción y la turbación (karmaklesa). Y esa turbación pertenece al que tiene ese tipo de imaginaciones como resultado de su elucubración. Pero dicho imaginar sin mucho fundamento (prapañca) cesa con la vacuidad.

18.9 - Sin depender de otra, serena, no fabricada por la elucubración, más allá de toda discriminación, sin distinciones: tales son las características de la realidad (tattva).

18.11- Lo que no es ni uno ni múltiple, ni discontinuo [aniquilamiento] ni eterno, esa es en realidad la ambrosía de la enseñanza de los Budas, protectores del mundo.

24.8 - Las enseñanzas de los budas se basa en dos verdades, la verdad convencional (samvrti) y la verdad según el sentido último (paramartha).

24.9 - Quienes no comprenden la diferencia entre estas dos verdades no comprenden la verdad profunda que habita en el mensaje del Buda.

24.10 - Se enseña que el sentido último descansa en lo convencional y que, sin alcanzar el sentido último, no se entra en el nirvana.

24.16 - ¿Cómo percibir un ente real en las cosas que cambian?: viéndolo en términos de naturaleza propia. Pero, al hacer esto, percibes las cosas que devienen como sin causas ni condiciones.

24.19 - Pues no es concebible fenómeno alguno que no sea relacional, que no tenga un origen condicionado : por esta razón, no podemos hacernos a la idea de un dharma que no sea vacío.

24.40 – Aquel que ve el origen condicionado ve el dolor, su surgir y su perecer, y viéndolos encuentra el camino.

25.3 – Del nirvana se dice que es lo que no ha sido abandonado ni alcanzado, lo que no ha sido destruido ni permanece, lo que no se extingue ni se produce.

25.19 – No hay diferencia alguna entre samsara y nirvana, ni la hay entre nirvana y samsara.

25.20- La cima del nirvana es la cima del samsara. Entre ambos, no es concebible la más sutil diferencia.

25.24-El despierto no enseñó ningún dharma [principio] de nada en ningún lugar. Apaciguar cualquier aprehensión, apaciguar toda elucubración (prapañca) es lo más saludable.



Fundamentos de la vía media. Nagarjuna. Madrid: Siruela 2003



Nagarjuna


















jueves, 24 de marzo de 2011

Qué no te hace ser budista

por Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche

ImagePara el maestro Dzongsar Jamyang Khyentse, no es la ropa que usas, ni las ceremonias que realizas ni la meditación que haces. No es lo que comes ni lo que bebes, tampoco es con quién tienes relaciones sexuales. Sino que se trata de comprender y estar verdaderamente de acuerdo con los cuatro descubrimientos fundamentales que hizo el Buda bajo el árbol Bodhi, y si así lo haces, puedes considerarte Budista.
Una vez, viajando en avión, estaba sentado en el asiento del medio en la fila del centro en un vuelo trasatlántico, el hombre sentado a mi lado, tratando de ser amigable, viendo mi cabeza afeitada y mi camiseta burdeo, supuso que yo era Budista. Cuando sirvieron la comida, en un gesto de amabilidad me ofreció pedir comida vegetariana para mí. Habiendo asumido - correctamente - que yo era Budista, también asumió que no como carne. Ese fue el comienzo de nuestra conversación. El vuelo era largo, así que para aprovechar el tiempo, nos pusimos a hablar de Budismo.
Con el tiempo me he dado cuenta que generalmente las personas asocian el Budismo y los Budistas con cosas como paz, meditación y no violencia. De hecho muchos piensan que los hábitos azafranes o burdeos y un rostro sonriente es todo lo que hace falta para ser Budista. Como Budista que soy, me enorgullezco de esta reputación, en especial lo que se refiere a la no violencia, que es algo muy raro en estos tiempos de guerra y violencia, y en particular, violencia religiosa. En el curso de la historia de la humanidad, la religión pareciera engendrar brutalidad. Incluso en la actualidad, la violencia religiosa extrema domina las noticias. Sin embargo, pienso que puedo decir con confianza que hasta el momento los Budistas no nos hemos deshonrado a nosotros mismos. La violencia jamás ha tenido un lugar en la difusión del Budismo.
Con todo, como Budista, también me siento un poco descontento cuando el Budismo se asocia con nada más que el vegetarianismo, la no violencia, la paz y la meditación. El príncipe Siddharta, quien sacrificó todas las comodidades y lujos de la vida palaciega, debió haber estado buscando algo más que sólo tranquilidad y arbustos cuando salió para descubrir la iluminación.

Suele suceder que nos encontramos con personas que nos preguntan ¿Qué es lo que hace que pueda decirse que una persona es Budista? Esta es la pregunta más difícil de responder. Si la persona está realmente interesada, una respuesta completa requiere mucho más que una simple conversación durante la cena, y por otra parte, las generalizaciones pueden llevar a malos entendidos y a generar confusión.
Supongamos que le damos la verdadera respuesta, la respuesta que apunta a las bases mismas de esta tradición de más de 2.500 años. Se es Budista si se aceptan los siguientes cuatro hechos:

Todas las cosas compuestas son impermanentes.

Todas las emociones son sufrimiento.

Todas las cosas carecen de existencia inherente.

Nirvana está más allá de los conceptos.

Estas cuatro afirmaciones, señaladas por el mismo Buda, se conocen como "los cuatro sellos". Tradicionalmente, la expresión "sello" se refiere a una especie de marca o distintivo que confirma la autenticidad. Aun cuando se considera que los cuatro sellos abarcan todo lo que conlleva el Budismo, las personas no parecen querer escuchar sobre ellas. Sin una explicación más detallada, en muchos casos sólo sirven para desanimar sin inspirar un mayor interés en quien realizó la pregunta. Cambia el tema de la conversación y ese sería el fin del asunto anterior.

El mensaje que contienen los cuatro sellos es para ser entendido literalmente, no metafóricamente ni místicamente, y es para ser tomado seriamente. Pero estos sellos no son decretos ni mandamientos. Al reflexionar un poco nos damos cuenta que no tienen nada de moralista o ritualista. No se dice nada acerca de conductas buenas o malas. Podríamos decir que son verdades seculares basadas en la sabiduría, y la sabiduría es la principal preocupación de un Budista. La moral y la ética son secundarias. Fumar un cigarro y tontear un poco no impiden que una persona pueda ser Budista. No obstante, esto no significa que tenemos licencia para hacer lo que queramos o para que seamos inmorales.

A grandes rasgos, la sabiduría proviene de una mente que posee lo que los Budistas llamamos "correcta visión". Pero no es necesario que uno se considere Budista para tener correcta visión. En último sentido, es esta visión la que determina nuestra motivación y nuestra acción. Es la visión la que nos guía en el camino del Budismo. Si podemos adoptar conductas sanas además de los cuatro sellos, eso nos hace ser mejores Budistas. ¿Pero qué hace que una persona no sea Budista? Si no puedes aceptar que todas las cosas compuestas o fabricadas son impermanentes, si crees que existe alguna clase de sustancia esencial o concepto que es permanente, entonces no eres Budista.

Si no puedes aceptar que todas las emociones son sufrimiento, si crees realmenteque algunas emociones son sólo placer y nada más, entonces no eres Budista.
Si no puedes aceptar que todos los fenómenos son ilusorios y vacíos, si crees que ciertas cosas existen de manera inherente [por sí mismas, independientemente],entonces no eres Budista.
Y si piensas que la iluminación existe dentro de las esferas del tiempo, el espacio y el poder, entonces no eres Budista.
Entonces, ¿qué hace que seas Budista? Puede que no hayas nacido en un país Budista o en una familia Budista, puede que no uses hábitos de monje ni que te afeites la cabeza, puede que comas carnes y seas fan de Eminem y Paris Hilton. Eso no significa que no puedas ser Budista. Para poder ser Budista, tienes que aceptar que todos los fenómenos compuestos son impermanentes, que todas las emociones son sufrimiento, que todas las cosas carecen de existencia inherente, y que la iluminación está más allá de los conceptos.

No es necesario estar constante e incesantemente recordando estos cuatro sellos.
Pero ellos deben residir en tu mente. Cuando caminas durante el día no andas recordando a cada rato tu nombre, sin embargo, cuando alguien te pregunta cuál es tu nombre, lo recuerdas instantáneamente. No hay dudas en tu respuesta.

Cualquiera que acepte estos cuatro sellos, aun independientemente de las enseñanzas de Buda, aun cuando nunca haya escuchado el nombre del Buda Shakyamuni, puede considerarse que está en el mismo camino que él.


La belleza lógica de los cuatro sellos

Consideremos, por ejemplo, la generosidad. Cuando recién empezamos a realizar el primer sello - la impermanencia -, vemos todo como transitorio y sin valor, como si todo fuera parte de un paquete de donación en el Ejército de Salvación. No tenemos necesariamente que dar y deshacernos de todo, pero no tenemos apego ni aferramiento a las cosas. Cuando reconocemos que nuestras posesiones son todas
fenómenos compuestos impermanentes, a los que no podemos aferrarnos por siempre, la generosidad ya está prácticamente casi lograda.
Al entender el segundo sello, es decir, que todas las emociones son sufrimiento, vemos que el avaro, el yo, es el principal responsable, proveyéndonos con nada más que una sensación de pobreza. Por tanto, al no apegarnos ni aferrarnos al yo, no encontramos razón alguna para aferrarnos a nuestras posesiones, y entonces ya no sufrimos más de avaricia. La generosidad se transforma en un acto de alegría.

Al realizar el tercer sello, que todas las cosas carecen de existencia inherente, reconocemos la inutilidad del aferrarse, porque cualquier cosa a la que nos aferremos, carece de naturaleza verdaderamente existente. Es como si tuviéramos un sueño donde estamos repartiendo un billón de dólares a la gente que pasa en la
calle. Puedes dar generosamente porque es un "dinero de sueño o soñado" [irreal, ilusorio], y aún así eres capaz de obtener diversión de esa experiencia. La generosidad basada en estas tres visiones, inevitablemente nos hace darnos cuenta de que no hay una meta. No es un sacrificio que soportamos con el fin de obtener reconocimiento o para asegurarnos un mejor renacimiento.
La generosidad sin estar etiquetada con un precio, sin expectativas o límites, nos permite vislumbrar la cuarta visión o sello, que es que la liberación, la iluminación, está más allá de los conceptos.

Si midiéramos la perfección de una acción virtuosa, tal como la generosidad, según estándares materiales - cuánta pobreza logra eliminar -, nunca podemos alcanzarla perfección. La pobreza y los deseos de las personas pobres son infinitos. Incluso los deseos de una persona adinerada son infinitos; de hecho, los deseos de los seres humanos nunca pueden ser satisfechos completamente. Pero según Siddharta, la generosidad debe ser medida por el nivel de apego que uno tiene a aquello que se está dando y al "yo" que lo está dando. Una vez que haz reconocido que el yo y todas sus posesiones son impermanentes y que no tienen una naturaleza verdaderamente existente, tendrás desapego, y esa es la perfección de la generosidad o una generosidad perfecta. por esta razón, la primera acción que se incentiva en los sutras Budistas es la práctica de la generosidad.


Un entendimiento más profundo del karma, la pureza y la no violencia.

El concepto de karma, también cae dentro de estos cuatro sellos. Cuando se reúnen determinadas causas y condiciones, y no hay obstáculos, las consecuencias o efectos se producen. La consecuencia es karma. Este karma es acumulado a través de la conciencia - la mente, o el yo -. Si este "yo" actúa con ira o agresividad, se genera karma negativo. Si un pensamiento o acción es motivado por amor, tolerancia, y el deseo de que los demás sean felices, se genera karma positivo.

No obstante, la motivación, la acción y el karma resultante son como un sueño, una ilusión. Trascender el karma, positivo y negativo, es nirvana. Toda acción así llamada positiva, que no esté basada en estos cuatro sellos, es sólo rectitud o virtud; pero no es en un sentido último, el camino de Siddhartha. Aún si dieras de comer a todos los seres hambrientos del mundo, si actúas en completa ausencia de estos cuatro sellos, entonces sólo será una semilla positiva, pero no el camino a la iluminación. De hecho puede suceder que haya sido un acto recto dirigido a alimentar y fortalecer el ego.

Es debido a estos cuatro sellos que los Budistas pueden practicar la purificación. Si uno piensa que se ha manchado con karma negativo o que es débil de carácter o "pecador", y se frustra por ello, el pensar que esos obstáculos que siempre entorpecen el camino de la realización, entonces uno puede encontrar consuelo en saber que ellos son compuestos y por tanto impermanentes, y por lo mismo, purificables. Por otra parte, si uno siente que carece o le falta habilidad o mérito, puede encontrar consuelo en saber que el mérito puede ser acumulado mediante la realización de actos positivos, porque la falta de mérito es impermanente y por tanto, modificable.

La práctica Budista de no violencia, no es simple sumisión acompañada de una sonrisa o una actitud dócil. La principal causa de la violencia es el aferramiento que uno pueda tener por una idea extrema, tal como la justicia o la moralidad.

Esta fijación, generalmente proviene de un hábito de mantener visiones dualistas, tales como bueno y malo, feo y hermoso, moral e inmoral. La inflexible creencia de superioridad moral de uno mismo, consume todo el espacio que podría permitir la empatía hacia los demás. Se pierde la sanidad. Al comprender que todas estas visiones o valores son compuestos e impermanentes, tal como lo es la persona que los sostiene, la violencia es abandonada y dejada a un lado. Cuando no tienes ego, no tienes aferramiento a un yo, jamás hay razones para ser violento. Cuando comprendemos que nuestros enemigos están bajo la poderosa influencia de su propia ignorancia y agresividad, cuando comprendemos que están atrapados en
sus hábitos, se hace mucho más fácil perdonarlos por sus molestos comportamientos y acciones. De manera similar, si una persona de un hospital psiquiátrico nos insulta, no tiene sentido que nos enojemos. Cuando trascendemos la creencia en los extremos del dualismo, hemos trascendido las causas de la
violencia.

Los cuatro sellos: un conjunto unitario... un pack
En el Budismo, toda acción que establezca o refuerce los cuatro sellos o visiones, es un recto camino. Incluso las prácticas aparentemente ritualistas, tales como encender incienso o practicas meditacionales esotéricas y mantras, están diseñadas para ayudarnos a enfocar nuestra atención en uno o en todos los sellos.

Cualquier cosa que contradiga los cuatro sellos, incluyendo las acciones que puedan parecer amorosas y compasivas, no forman parte del camino. Incluso la meditación en la vacuidad puede volverse pura negación, nada más que un camino nihilista, si no ésta no está en concordancia con los cuatro sellos.
Decimos que estos sellos son "verdades" porque simplemente son hechos. No son creaciones ni elaboraciones; no son una revelación mística del Buda. No son cosas que se hicieron válidas sólo después de que el Buda las enseñara. Vivir en base a estos principios no es un ritual ni una técnica. No pueden ser calificadas de morales éticas, y nadie puede apropiárselas como patrimonio exclusivo. No existe tal cosa como un "infiel" o un "blasfemo" en el Budismo porque no hay nadie ante quien rendir fe, insultar o dudar. Con todo, aquellos que no son conscientes de o no reconocen estos cuatro hechos/sellos, son considerados ignorantes por los Budistas.

Tal ignorancia no es causa de juicio moral. Si alguien no cree que los seres humanos llegaron a la luna, o piensa que la Tierra es plana, un científico no diría que es un blasfemo, sino simplemente ignorante. De la misma forma, si no reconoce estos cuatro sellos, no es un infiel. De hecho, si alguien lograra probar que la lógica de estos cuatro sellos es defectuosa, que el apego al yo en realidad no es sufrimiento, o que algunos elementos desafían la impermanencia, entonces los Budistas deberían de buena gana seguir ese camino. Y esto es así porque lo que buscamos es la iluminación, y la iluminación significa la realización de lo verdadero. Sin embargo, en todos estos siglos no ha surgido ninguna prueba que invalide estos cuatro sellos.

Si ignoras estos cuatro sellos, pero insistes en considerarte Budista nada más que por un enamoramiento con las tradiciones, entonces eso sería una devoción superficial. Los maestros Budistas piensan que cualquiera sea la etiqueta que elijas para definirte a ti mismo, a menos que tengas fe en estos sellos, continuarás viviendo en un mundo ilusorio, creyéndolo sólido y real. Aunque tal creencia puede proveer temporalmente la dicha de la ignorancia, últimamente siempre conduce a alguna forma de inquietud o angustia. Gastarás todo tu tiempo solucionando problemas y tratando de deshacerte de la inquietud. Tu constante necesidad de solucionar problemas se convertirá en una especie de adicción. ¿Cuántos
problemas has solucionado sólo para ver cómo empiezan a surgir otros? Si eres feliz con este ciclo, entonces no tienes motivo para quejarte. Pero cuando te das cuenta que nunca llegarás a un final en este solucionar problemas, ese es el comienzo de la búsqueda de la verdad interior. Si bien el Budismo no es la respuesta a todos los problemas temporales e injusticias sociales del mundo, si ocurre que estás en búsqueda y sucede que tienes química con Siddhartha, entonces puede que encuentres que estos sellos tengan sentido. Si ese es el caso, deberías considerar en seguirlo seriamente.

La riqueza dentro de la renuncia Como seguidor de Siddhartha, no tienes necesariamente que imitar todas y cada una de sus acciones - no necesitas irte a escondidas mientras tu esposa está durmiendo -. Muchas personas piensan que Budismo es sinónimo de renuncia, de abandonar y dejar atrás el hogar, la familia y el trabajo, adoptando el camino de un asceta. Esta imagen de austeridad en parte se debe al hecho que un gran número de Budistas veneran a los mendicantes de los textos y enseñanzas Budistas, tal como los Cristianos admiran a San Francisco de Asís. No podemos evitar impresionarnos ante la imagen del Buda caminando a pie en Magadha con su cuenco de mendicante, o ante la imagen de Milarepa en su cueva, subsistiendo a base de sopa de ortigas. La serenidad de un sencillo monje Burmés aceptando limosnas cautiva nuestra imaginación.

Pero también existe toda una completa y diferente variedad de seguidores del Buda: el Rey Ashoka, por ejemplo, quien bajó de su carruaje real, adornado con perlas y oro, y proclamó su deseo de difundir el buddhadharma a través del mundo. Se arrodilló en el suelo, tomó un puñado de arena, y prometió que construiría tantas estupas como granos de arena hubiesen en su mano. Y de hecho mantuvo su promesa. De modo que uno puede ser un rey, un comerciante, una prostituta, un drogadicto, o el jefe ejecutivo de una oficina y aún así aceptar y reconocer los cuatro sellos. En esencia, no es el acto de dejar atrás el mundo material lo que los Budistas abrigan, sino la habilidad de ver nuestro aferramiento habitual a este mundo y a nosotros mismos, y renunciar a ese aferramiento.

A medida que comenzamos a entender los cuatro sellos, no nos deshacemos necesariamente de las cosas; sino que empezamos a cambiar nuestra actitud hacia ellas, y por tanto, también cambia su valor. El sólo hecho de que poseas menos cosas que otras personas, no quiere decir que seas más puro moralmente o más virtuoso. De hecho, la humildad misma puede ser una forma de hipocresía.

Cuando comprendemos la falta de esencia y la impermanencia del mundo material, la renuncia deja de ser una forma de auto-flagelación. No significa que seamos duros con nosotros mismos. La palabra "sacrificio" cobra un sentido diferente. Teniendo este entendimiento, todas las cosas se vuelven tan significativas como la saliva que escupimos al suelo. No somos sentimentales con la saliva. La pérdida de esa clase de sentimentalismo es un camino de dicha/gozo, sugatha. Cuando la renuncia es entendida como gozo, las historias de muchas otras princesas Indias, príncipes y líderes militares que alguna vez renunciaron a sus vidas de palacio se vuelven simplemente extravagancias.

Este amor por lo verdadero y esta veneración por los buscadores de lo verdadero es una antigua tradición en países como la India. Incluso en la actualidad, en vez de menospreciar a los renunciantes, la sociedad India los venera con el mismo respeto con el que nosotros veneramos a los profesores de Harvard y Yale. Aun cuando la tradición se está perdiendo en esta época de dominio de la cultura corporativa, todavía puede encontrarse sadhus desnudos, cubiertos de cenizas, que han abandonado la práctica de las leyes del éxito para volverse mendicantes vagabundos. Me llega a poner la piel de gallina el ver como la sociedad India respeta a estas personas, en vez de ahuyentarlos como si fuesen mendigos desgraciados o pestes (...) En vez de venerar lo verdadero y venerar los sadhus, esta es una época que venera los billboards y la liposucción.


Adoptando la sabiduría, abandonando las morales distorsionadas
Al leer todo lo anterior, puede que estés pensando: "Yo soy generoso y no tengo mucho apego a mis cosas". Y puede que sea cierto que no seas avaro, pero en medio de tus generosas actividades, si alguien llega y se va con tu lápiz preferido, es muy probable que te molestes tanto que te den ganas de arrancarle una oreja. O puede que te sientas totalmente descorazonado si alguien te dice: "¿Eso es todo lo que puedes dar?". Cuando damos, solemos quedar atrapados en la noción de "generosidad". Nos aferramos al resultado - si no es un buen renacimiento, al menos el reconocimiento en esta vida, o tal vez sólo una placa en el muro. También he conocido muchas personas que creen que son generosas sólo porque han dado
dinero a cierto museo, o incluso a sus propios hijos, de quienes esperan una lealtad de toda la vida.
Si no es acompañada por los cuatro sellos o visiones, la moralidad puede - igualmente - distorsionarse. La moralidad alimenta el ego llevándonos a volvernos puritanos y a juzgar a otros cuya moralidad es diferente a la nuestra. Fijados y aferrados a nuestra versión de la moralidad, menospreciamos y miramos en menos a los demás y tratamos de imponerles nuestra ética, aunque eso signifique quitarles su libertad. Shantideva, el gran erudito y santo Indio, quien fue príncipe pero abandonó su reino, enseñó que es imposible para nosotros, evitar no encontrarnos con alguna cosa no virtuosa, pero si aplicamos aunque sea uno solo de los cuatro sellos, estaremos protegidos de toda no virtud.

Si piensas que todo Occidente es en cierta manera satánico o inmoral, será imposible de conquistar y rehabilitar, pero si dentro de ti tienes tolerancia, eso equivale a una conquista. No puedes cubrir la tierra entera para que sea más suave al caminar con tus pies desnudos, pero al usar zapatos te proteges a ti mismo de toda superficie áspera, dura o molesta.

Si podemos entender los cuatro sellos no sólo intelectualmente, sino además en nuestra experiencia, comenzaremos a liberarnos de la fijación a las cosas que son ilusorias. Esta libertad es lo que llamamos sabiduría. Los Budistas veneramos la sabiduría por sobretodo lo demás. La sabiduría abarca y permea la moralidad, el amor, el sentido común, la tolerancia y el vegetarianismo. La sabiduría no es un espíritu divino que buscamos en algún lugar fuera de nosotros. Primero la invocamos a través del escuchar las enseñanzas sobre los cuatro sellos - no aceptándolos lisa y llanamente, sino analizándolos y contemplándolos. Si estás convencido de que este camino aclarará parte de tu confusión y que te proveerá algún alivio, entonces puedes empezar a poner en práctica la sabiduría.

En uno de los métodos de enseñanza Budista más antiguos, el maestro les da a sus discípulos un hueso y la instrucción de contemplar su origen. A través de esta contemplación, eventualmente el discípulo ve el hueso como el resultado final del nacimiento, el nacimiento como el resultado final de la formación kármica, la formación kármica como el resultado final del deseo, etc. Convencidos a fondo por la lógica de la causa, condición y efecto, empiezan a aplicar atención plena a cada situación y cada momento. Esto es lo que conocemos como meditación. Las personas que nos traen esta clase de información y entendimiento son venerados como maestros, porque aun cuando ellos tienen una profunda realización y podrían vivir felizmente en el bosque, están dispuestos a quedarse entre nosotros y explicar la visión a aquellos que todavía están en la oscuridad. Debido a que esta información nos ayuda a liberarnos de todo tipo de contratiempos, tenemos una apreciación instantánea por quien nos da la explicación. Por este motivo, como Budistas rendimos homenaje al maestro.

Una vez que has aceptado la visión de manera intelectual, puedes aplicar cualquier método que profundice tu entendimiento y realización. En otras palabras, puedes utilizar cualquier técnica o práctica que te ayude a transformar tu hábito de pensar que las cosas son sólidas, en el hábito de reconocerlas como compuestas, interdependientes, e impermanentes. Esto es la verdadera meditación y práctica Budista, no sólo sentarse como si fueses un pisapapeles.
Aunque sabemos intelectualmente que vamos a morir, este conocimiento puede verse eclipsado por algo tan pequeño como un cumplido casual. Alguien hace un comentario sobre lo lindo que se ven los nudillos de nuestras manos, y al instante siguiente ya estamos tratando de encontrar formas de conservar estos nudillos. De pronto, repentinamente, sentimos que tenemos algo que podemos perder. En la actualidad, estamos constantemente bombardeados con muchas cosas nuevas por perder y por ganar. Más que nunca necesitamos contar con métodos que nos recuerden y nos ayuden a acostumbrarnos a la visión, tal vez colgar un hueso humano en el espejo retrovisor, si no afeitarnos la cabeza y retirarnos en una cueva.
Combinadas con estos métodos, la ética y la moral se vuelven muy útiles. La ética y la moral puede que sean secundarias en el Budismo, pero son importantes en cuanto nos acerquen a lo verdadero. Pero aunque alguna acción pueda parecer virtuosa y positiva, si nos aleja de los cuatro sellos, el mismo Siddhartha advirtió que la abandonemos.

El té y la taza: la sabiduría dentro de la cultura

Los cuatro sellos son como el té, mientras que todos los medios para actualizar o realizar estos sellos / verdades - prácticas, rituales, tradiciones, y características culturales - son como la taza. Los medios hábiles y los métodos son observables y tangibles, pero la verdad o lo verdadero, no lo es. El desafío es no dejarse llevar por la taza. Las personas suelen estar más inclinadas a sentarse derechamente en un lugar tranquilo, en el cojín de meditación, que a contemplar qué vendrá primero, el día de mañana o la próxima vida. Las prácticas externas son perceptibles, de manera que la mente es rápida en etiquetarlas como "Budismo", mientras que la noción de que "todas las cosas compuestas son impermanentes" no es tangible y es difícil de etiquetar. Es irónico el hecho que la evidencia de la impermanencia está a nuestro alrededor en todas partes, sin embargo, no se nos hace evidente.

La esencia del Budismo trasciende la cultura, pero es practicado por muchas diferentes culturas, las cuales utilizan sus tradiciones como la taza que contiene y sostiene las enseñanzas. Si los elementos de estas identidades o formas culturales, ayudan a otros seres sin causar daño, y si no contradicen los cuatro sellos, entonces Siddhartha alentaría tales prácticas.
A través de los siglos, se han producido muchísimas clases y estilos de tazas, y por muy buenas que sean las intenciones detrás de ellas, y por muy bien que ellas puedan funcionar, se vuelven un estorbo si nos olvidamos del té que hay dentro.
Aun cuando su propósito es contener la verdad, tendemos a enfocarnos más en los medios que en el resultado.
Así, las personas van de un lado a otro con tazas vacías, u olvidan beber su té. Nosotros, los seres humanos, podemos quedar hechizados o al menos distraídos, por la ceremonia y lo pintoresco de las prácticas culturales Budistas. El incienso y las velas son cosas exóticas y atractivas; la impermanencia y la ausencia de yo [ausencia de existencia inherente] no lo son. El mismo Siddhartha dijo que la mejor forma de veneración es simplemente recordar el principio de la impermanencia, el sufrimiento de las emociones, que los fenómenos carecen de existencia inherente, y que el nirvana está más allá de los conceptos.

Ahora que el Budismo está floreciendo en Occidente, he escuchado de personas que están alterando las enseñanzas Budistas para hacerlas encajar en el pensamiento moderno. Si hay algo que pueda adaptarse, eso serían los rituales y los símbolos, no la verdad misma. El mismo Buda dijo que su disciplina y sus métodos deben ser adaptados apropiadamente según la época y el lugar. Pero los cuatro sellos no necesitan ser adaptados o modificados, y es imposible hacerlo de ninguna manera. Puedes cambiar la taza, pero el té permanece puro. Después de haber sobrevivido 2.500 años y haber viajado más de 10 mil kilómetros desde el árbol Bodhi en la India hasta Times Square en la ciudad de New York, la noción
de que "todas las cosas compuestas son impermanentes" sigue siendo aplicable. La impermanencia sigue siendo impermanencia en Times Square. No puedes distorsionar ni acomodar estos cuatro sellos; no existen excepciones sociales o culturales.

Practicando la armonía

Dejando a un lado las verdades profundas, hoy en día incluso las verdades más prácticas y evidentes son ignoradas. Somos como monos que habitamos en el bosque y defecamos en cada rama de la que nos colgamos. Todos los días escuchamos a las personas hablando acerca del estado de la economía, sin reconocer la conexión entre la recesión y la avaricia. Debido a la avaricia, los celos y el orgullo, la economía jamás se volverá lo suficientemente fuerte para asegurar que toda persona tenga acceso a la satisfacción de las necesidades básicas de la vida. El lugar que habitamos, la Tierra, cada vez se contamina más. He conocido gente que condena a los antiguos gobernantes y emperadores, y a las antiguas religiones como la fuente de todos los conflictos. Pero el mundo moderno y secular no la hecho nada mejor; y es que ha hecho algo, eso ha sido empeorar las cosas.

¿Qué es lo que el mundo moderno ha hecho mejor?

Uno de los principales efectos que han producido la ciencia y la tecnología es la capacidad de destruir el mundo más rápidamente. Muchos científicos creen que todos los sistemas vivientes y todos los sistemas que soportan y alimentan la vida en la Tierra se están deteriorando.

Es hora que las personas, nosotros mismos, le dediquemos algunos momentos a la reflexión sobre temas espirituales, aun cuando no tengamos tiempo para sentarnos en un cojín, aun cuando nos avergoncemos de dar a conocer nuestras inclinaciones religiosas a nuestros amigos seculares. Contemplar en la naturaleza impermanente de todo lo que experimentamos y en las dolorosas consecuencias del apego al yo, nos brinda paz y armonía - si no a todo el mundo, al menos a nuestra propia esfera -.

Nota: Texto de Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche 
"What Makes You a Buddhist?" 
Shambhala Sun, Enero de 2007


En Español este texto originalmente fue publicado en el sitio web de Movimiento Rime, donde Fernando Williams, también conocido como Yeshe Jungne, el traductor al español de este artículo, es colaborador.

Movimiento Rime - http://www.movimientorime.cl

lunes, 14 de marzo de 2011

Budismo



El Budismo es una religión no-teísta perteneciente a la familia dhármica de religiones. Adicionalmente también es una filosofía, un método de entrenamiento y práctica espiritual y un sistema psicológico.
Budismo es un término occidental, cuyo equivalente más cercano en oriente es buddha-dharma o buddha-dhamma (pāḷi: धम्म), "enseñanzas del Despierto sobre la ley natural". Estas fueron difundidas en el noreste de la India por Siddhārtha Gautama alrededor del siglo V adC. El Budismo había ya desaparecido de la India en el siglo XIII dC., pero para aquel entonces se había propagado con éxito por la mayoría del continente asiático.

Buda no es ni un dios, ni un ser sobrenatural, ni un mesías, ni un profeta, y el budismo no postula sobre un creador. Buddha, que significa "el que ha despertado", es un título en los antiguos idiomas pāḷi y sánscrito que se le da también a cualquier otro ser que igualmente haya realizado lo que se considera como un descubrimiento personal y no una revelación divina. Así, las enseñanzas no son percibidas por los seguidores como creencias o dogmas de fe, ya que estas mismas animan al practicante a cuestionarlas, investigarlas y experimentarlas de manera práctica para poder interiorizarlas.

El propósito último de estas enseñanzas es la erradicación definitiva de todo sentimiento de insatisfacción vital. Según el budismo, la causa real de la insatisfacción o frustración, es el anhelo ansioso (o sus concomitantes el aferramiento y la aversión) que a su vez es producto de ilusión e ignorancia, entendidas como la percepción errónea de la naturaleza de la vida y la existencia de un "yo". Por ello el cese definitivo de esta situación se denomina el despertar. Para guiar el gran esfuerzo personal necesario para descubrir esta lucidez, el budismo desarrolla y prescribe prácticas de entrenamiento para desarrollar la atención y consciencia, la ética y la sabiduría.

El budismo es, junto con el cristianismo, el islam y el hinduismo, una de las grandes religiones organizadas del planeta en número de seguidores, aunque la cifra en el presente resulta difícil de determinar, principalmente por las circunstancias socio-políticas y culturales en China. Entre las religiones mundiales, es una de las que presenta una mayor variedad de escuelas y tendencias diversas[1] que se pueden clasificar en dos grandes ramas: el Budismo del Sur (o Theravāda) y el Budismo del Este (o Mahāyāna). Una adopción de las prácticas del tantrismo hindú haría surgir lo que con frecuencia los académicos clasifican como una tercera rama, llamada Budismo del Norte o Tántrico (Vajrayāna), si bien filosóficamente ésta se incluye dentro del Mahāyāna.
Una discusión muy común en Occidente es la de si el budismo puede o no ser considerado una religión. El budismo es reconocido de manera general como una de las grandes religiones del planeta, y afirma una vía de liberación espiritual al sufrimiento. No obstante, el budismo no es una religión teísta. Al "heredar" la cosmología del hinduismo, el budismo menciona deidades, pero aún así, niega que estas deidades tengan una esencia eterna y no se conciben como una realidad independiente del sujeto que las percibe. Otra complicación aún mayor para la definición, lo constituye el hecho de que el budismo tampoco señala a una alma del individuo, cuando en Occidente se suele asociar la religión con el "religar" alma con deidad. Es este patrón cultural, influenciado por las religiones abrahámicas, el que hace que muchas personas vean el budismo como solo una filosofía, o solo un modo de vida y práctica, o una técnica de auto-ayuda y desarrollo personal.

De hecho, aparte de no afirmar la existencia de un dios como última explicación de la realidad, el budismo realiza además indagaciones muy elaboradas sobre las características y la naturaleza fundamental del ser humano, la mente y la realidad. Sin embargo el budismo no puede ser considerado solamente una filosofía ya que no es sólo un mero cultivo intelectual o personal, sino especialmente espiritual. Así, a pesar de que el Buda rechazó el dogmatismo y la fe ciega, la dimensión religiosa de las enseñanzas budistas se manifiesta en su énfasis en el valor de la propia experiencia personal directa de éstas, en una búsqueda de conexión con algo más grande que el sí-mismo, a lo que Myokyo-Ni se refirió como "religarse" a la existencia, la vida o la "base del ser".

Sin embargo este debate sobre la naturaleza del budismo sea posiblemente un fenómeno mayoritariamente occidental porque las lenguas no-europeas no poseen una traducción exacta para la palabra religión. De hecho, en la opinión de algunos eruditos budistas orientales, como Walpola Rahula, cualquier tipo de concepto con el que identifiquemos al budismo no constituye más que un "etiquetado" carente de relevancia. A partir de finales del siglo XIX el budismo se ha ido conociendo mejor en Occidente, donde desde entonces ha influenciado paulatinamente el pensamiento, el arte y la psicología humanista y existencial.

Siddhārtha Gautama


Hay certeza histórica y científica sobre la existencia de Siddharta Gautama (Gotama en pāḷi), el Buda Gautama. Se sabe que efectivamente provenía de la tercera de las cuatro castas hindúes, la kṣatriya, compuesta de los guerreros y nobles. No obstante, algunos estudiosos como Andreu Bareau afirman que no es posible saber con exactitud si era un príncipe o un noble.

En un principio la vida de El Buda se transmitió sólo de manera oral. En la primera compilación escrita del budismo, llamada el Canon Pāḷi, los hechos de la vida de Buda aparecen de manera dispersa. No existirá un intento de compilación biográfica hasta bastantes siglos después, siendo el más reconocido el del maestro y erudito indio Aśvaghoṣa, pasando ya del siglo I EC (Era Común).

Los relatos sobre la vida de Siddharta están mezclados con mito, leyenda y simbolismo; porque más allá de su simple interés biográfico, estas historias son vistas como una guía para la vida de sus seguidores en la que los diferentes episodios clave constituyen metáforas de los procesos de crisis y búsqueda espiritual del ser humano. Además de la recopilación sobre su vida, existe también otra de relatos sobre las vidas previas del buda, llamadas jatakas. Los jatakas tiene una base folclórica y tradicional, y se suelen usar de manera complementaria para ejemplificar la atemporalidad de la búsqueda de la iluminación que protagoniza no sólo el Buda si no el resto de seres. En ellos, Buda es todavía un bodhisattva, alguien que está en el camino de la iluminación y que acabará fructificando en la vida de Siddharta Gautama, quien finalmente se convertirá en Buda. Los relatos de los jatakas influyeron a la hora de transmitir la vida de Siddharta Gautama.

Nacimiento e infancia

Una de las primeras representaciones de Buda.

La tradición religiosa afirma que El Buda vivió entre los años 563 y 483 adC. Sin embargo, según el consenso actual de los historiadores, Siddhārtha Gautama nació mucho más probablemente entre los años 490 y 480 adC, y murió entre el 410 adC y el 400 adC, a finales de lo que se conoce como periodo védico, esto es, cuando se terminó de escribir el Rigveda, texto sagrado hindú. Alcanzar una datación fiable precisa es muy difícil debido a la naturaleza de las fuentes disponibles para este fin, como sugiere por ejemplo el historiador Richard Gombrich. El budismo posee su propio calendario lunar, el cual se inicia en el 543 adC.

Buda nació en Lumbini, en el reino de Kapilavatthu, en el actual Nepal y cerca de la frontera con India. Según la tradición oral, Suddhodana, el padre de Siddhārtha, era el rey que gobernaba el clan de los Śākya. Es por este motivo que el buda también es conocido como Śākyamuni o "sabio de los Śākya". Siddhārtha fue el nombre escogido para el recién nacido, que significa aquél que alcanza lo que se propone. La Reina Māyā, madre de Siddhārtha, murió justo al nacer su hijo. Cuando nació se profetizó que el niño se convertiría o en un gran gobernante, o bien en un gran maestro religioso. Su padre lo rodeó de lujo y lo protegió de la dureza de la vida fuera de palacio para evitar que el hijo desarrollara su tendencia hacia lo espiritual.

Los detalles de la infancia y juventud de Siddhārtha narran una vida rodeada de enorme lujo y comodidad, y recibió la mejor educación y formación posibles en su tiempo. A los 16 años se arregló su matrimonio con una prima suya llamada Yasodhara, de la cual nacería su hijo llamado Rahula.

Los Cuatro Encuentros

Según la tradición, a pesar de las precauciones de su padre, Siddhartha alcanzó a salir del palacio en cuatro ocasiones en las que vio por primera vez en su vida a un anciano, a un enfermo, a un cadáver y por último a un asceta, realidades todas éstas que desconocía a nivel personal.

La Gran Renuncia

A los 29 años, debido a la enorme crisis que le detonaron los cuatro encuentros, decidió iniciar una gran búsqueda personal para investigar el problema del sufrimiento. Se unió al entonces ya numeroso y heterogéneo movimiento hindú de los sramanas, o "vagabundos religiosos mendicantes", renunciando a todos sus bienes, herencia y a su posición social, para seguir distintas prácticas religiosas y ascéticas.

Maestros y búsqueda espiritual

En su camino, Siddharta aprendió de la mano de cuatro diferentes maestros. Con ellos aprendió diferentes técnicas de meditación y logró altos estados de consciencia. En esencia, las distintas ideas que examinó Siddharta intentaban redefinir la unión del individuo con un absoluto (Brahmán) para así lograr la liberación. Pero a pesar de sus grandes logros con estas prácticas, no encontró en ellas satisfacción para sus preguntas. Entonces, en un intento por doblegar totalmente al mundo sensorial, Siddharta probó a someterse a austeridades tan extremas que casi ocasionaron su muerte, pero aun así tampoco encontró solución a su problema. Es por esto que decidió investigarlo de una manera nueva y diferente.

El Camino Medio

Siddharta se dio cuenta entonces de que en un camino medio de moderación que evitara los extremos de la mortificación y de la indulgencia lograba incrementar sus energías, su lucidez, y su capacidad de concentración. Así que con este hallazgo, comió algo y se sentó bajo una higuera de una especie sagrada en la India con la promesa de no levantarse hasta hallar la solución que esperaba. Esto ocurría en la localidad de Bodhgaya, cerca de Benarés. Actualmente sigue siendo el sitio más sagrado de peregrinación para todos los budistas.

El despertar

Siddharta atravesó distintas etapas de meditación. En la primera parte de la noche logró el conocimiento de sus existencias anteriores (pubbe nivasanussati ñana), durante la segunda parte de la noche alcanzó el conocimiento de ver seres morir y renacer de acuerdo con la naturaleza de sus acciones (cutupapata ñana) y durante la última parte de la noche purificó su mente (asavakkhaya ñana) y tuvo una penetración directa de las Cuatro Nobles Verdades (cattari ariya-saccani)". Como última prueba se presentó Mara (rey de los sentidos, demonio por llamar a las tentaciones) disfrazado de él y diciendolé que ya había superado todas las pruebas, que ya era libre de dejar su lugar. Sin embargo, Siddharta no confió en el, con esto logró que cayera la máscara de Mara y así reconocer que venció su última prueba, vencer su personalidad.

Al final, conoció que había logrado un estado definitivo de "no-retorno" al que se llama Nirvāņa, que significa "cese", pero que según los practicantes budistas no es posible describir. En ese momento dijo "hecho está lo que debía hacerse", convirtiéndose en el Buda, "quien ha despertado". Tras alcanzar el estado de iluminación, dedicó su vida a propagar sus enseñanzas por todo el norte de la India.

La iluminación de Gotama es el hecho central del budismo, y parte de la enseñanza central de éste es que todos los seres humanos tienen el potencial de poder lograr un "cese" del sufrimiento y poder vivir la verdadera naturaleza de la existencia tal como él hizo.

Las enseñanzas del budismo (Dharma)

A pesar de una enorme variedad en las formas, en las prácticas y manifestaciones, la mayoría de las muy numerosas escuelas budistas tradicionales comparten principios filosóficos básicos comunes, si bien su estudio mas profundo, como la práctica mas intensa, solía limitarse en oriente a las órdenes monásticas, y solo el Budismo del Sur considera a todos estos principios como centrales. Las otras corrientes desarrollan y elaboran determinados aspectos de este Budismo Básico.

Todos los elementos de las enseñanzas filosóficas fundamentales se caracterizan por estar estrechamente interrelacionados y contenidos en otros, por lo que para alcanzar su entendimiento se necesita una visión holística de su conjunto.

Las tres características de la Existencia (Tri-Laksana)
Artículo principal: Tres características de la Existencia

(En pāḷi: Ti-Lakkhana) Las Tres Marcas, Los Tres sellos, Las Tres Realidades

Una de las enseñanzas fundamentales de Buda es conocida como las Tres Características de la Existencia. Explica cómo es la naturaleza del mundo percibido y de todos los fenómenos del mismo. Éstos están sujetos a tres características:

1. La Impermanencia
2. El No-yo
3. La Insatisfactoriedad

La práctica budista considera que el factor último de liberación del individuo no consiste en un mero conocimiento lógico, teórico o intelectual de estas tres realidades, sino en su comprensión y aceptación emocional interna auténtica y plena, consecuente con la actitud y el comportamiento en la vida.

Impermanencia (Anitya)
Artículo principal: Impermanencia

(En pāḷi: Anicca) Transitoriedad. Cambio.

El budismo afirma que tanto nuestra realidad interior como la del mundo externo, están siempre en un estado de cambio permanente. La estabilidad, sea en los átomos, en las cordilleras montañosas, o aún en nosotros mismos es una ilusión. Según la doctrina budista, ninguno de nosotros es física, emocional ni mentalmente la misma persona que éramos hace años. Ni siquiera hace minutos o un sólo instante. Todas las situaciones, todas las entidades, todos nuestros pensamientos y todos nuestros estados de ánimo nacen, ganan fuerza, se deterioran y desaparecen. Para el budismo, somos seres cambiantes en un mundo cambiante. Por eso no nos es posible encontrar seguridad permanente ni certidumbre absoluta, incluso en el más próximo futuro.
No-yo (Anātman)

(En pāḷi: Anattā) Ausencia de un alma. Insustancialidad. Carencia de un sí-mismo perdurable, de un yo/mí. Carencia de una existencia intrínseca.

Anātman, la insustancialidad, es el elemento más importante y más característico de las enseñanzas budistas, y es lo que distingue al budismo respecto al resto de religiones. Por eso al Buda se le llama a veces Anattā-vadi (el maestro de la Insustancialidad). Es también sin lugar a dudas, el aspecto más difícil de asimilar correcta y plenamente para sus seguidores.

Anātman va unida indisolublemente con Anitya porque si todo cambia no puede haber una entidad permanente. Buda predicó que nuestra idea sobre la existencia de nuestro "yo" es en realidad una idea falsa que surge sobre lo que no es más que una colección temporal de numerosos procesos dinámicos interdependientes y condicionados en constante cambio. De estos procesos surge la consciencia así como la noción de ser una individualidad.

El No-yo no es equivalente a la aniquilación de la personalidad ni al nihilismo, ya que no se afirma la inexistencia de la persona, sino la inexistencia de una sustancia, esencia, o entidad intrínseca duradera en la persona. El budismo considera yo, me y mi como convenciones e ideas relativas necesarias para poder operar en la vida diaria. En la terminología budista se le denomina una verdad convencional en contraposición a una verdad última o absoluta. Ambas coexisten en la realidad, no obstante sólo vivimos una de ellas a causa de la ignorancia sobre ello.

Anātman, al igual que el resto de afirmaciones filosóficas del budismo, es para sus seguidores un elemento de práctica en el que investigar y no una convención de fe. Nace teniendo como punto de partida la experiencia, que siempre supedita a los razonamientos en el budismo. Esa experiencia de "olvidarse a sí-mismo", surge normalmente a través de un camino doble simultaneo de aprendizaje: debido a la práctica permanente de entregarse plena e incondicionalmente a todas y cada una de las pequeñas acciones diarias cotidianas, y debido a la práctica de la meditación (bhavana o cultivo de la mente).

Los Cinco Agregados (Skandha)

(En pāḷi: Khandha) montones, fardos

Al no existir un sí-mismo para el budismo, una esencia de la persona, en vez de ello el individuo es visto como un complejo cuerpo-mente, el cual existe por un flujo de fenómenos interdependientes o dharmas (escrito con minúscula en comparación con El Dharma). El budismo clasifica estos fenómenos en cinco grandes grupos llamados "Los Cinco Agregados" (Skhandhas). Éstos son:

* Forma y cuerpo. (Rūpa) Incluye no solo nuestro cuerpo en sí, sino además nuestra propia imagen de éste.
* Sentimientos y sensaciones. (Vedanā) Son los "datos" o "información pura" recibidos a través de los cinco sentidos y también a través de la mente. Pueden ser agradables, dolorosos o neutros.
* Percepción y memoria (sánscrito: Samjñā, pāḷi: Saññā). Es el registro que se hace de esos estímulos sensoriales puros que convertimos en objetos reconocibles y distinguibles. Los pensamientos e ideas también se consideran objetos.
* Configuraciones mentales o estados (sánscrito: Samskāra, pāḷi: Sankhāra) Traducido en ocasiones como Impulsos de la Voluntad, Sankhara significa confección, creación, formación, hacer. Es la construcción de la representación o de la experiencia subjetiva del objeto percibido.
* Consciencia (sánscrito: Vijñāna, pāḷi: Viññāna). Es un acto de atención o respuesta de la mente en el que el conocimiento del objeto se hace consciente en nosotros. La consciencia desaparece y resurge cambiada de un instante a otro y actúa de manera discriminatoria y parcial ya que existe un aferramiento a lo percibido como deseable, un rechazo contra lo no-deseable e indiferencia a lo neutro. Este constante movimiento genera insatisfacción o sufrimiento al no poder controlar como esos objetos percibidos aparecerán.

Todos los cinco agregados son impermanentes e inestables. Por eso en ninguno de ellos se podrá encontrar la esencia del ser o del "yo". El entrenamiento budista busca conseguir que el practicante llege a darse cuenta de manera constante de como opera este proceso. Esto constituye un cultivo "(bhavana)" de la mente del seguidor. La importancia que el budismo da a poder realizar la insustancialidad radica en la consideración que hace de que la satisfacción permanente es sólo alcanzable sin una constante aparición de expectativas o temores para o de este "yo" diferenciado del mundo.

Vacío (Śūnyatā)

(En pāḷi: Suññatā) carente de realidad, ni es ni no es, insubstancial, vacuidad, vaciedad, deshabitado, sin entidad.

Sunyata significa que no hay nada que posea una esencia individual y por tanto que todo está vacío, sin una realidad independiente. Todo lo que existe está relacionado y es interdependiente, y la aparente pluralidad de individualidades es un carácter ilusorio de nuestra existencia.

Esta ignorancia primordial (avidya) de la verdadera naturaleza de la realidad es por tanto no experimentar sunyata como la verdadera naturaleza de la misma. Cuando esto es posible, es precisamente lo que se llama el "despertar" en el Budismo.

Cabe destacar que el concepto de Sunyata nunca implica que la realidad no exista, no equivale al cero o a una ausencia total.

Este concepto fue muy desarrollado filosóficamente a partir de la noción de la no existencia de individualidad (Anātman) y la explicación de la Originación Dependiente (Patticasamuppada). Es una pieza central de toda la filosofía budista, de manera que toda enseñanza budista sobre la naturaleza de la realidad se desarrollará a fin de ayudar a comprender que es esa vacuidad.

Insatisfactoriedad (Duḥkha)

(En pāḷi: Dukkha) Desilusión. Insatisfacción. Sufrimiento. Incomodidad. Dolor. Intranquilidad. Imperfección. Malestar. Fricción. Pesar. Frustración. Irritación, Presión, Ir contra corriente, Agonía, Vacío, Tensión. Angustia existencial

Duḥkha es un término de difícil traducción. No existe un término equivalente exacto en las lenguas europeas ya que Duḥkha tiene un significado muy amplio y abierto en el idioma original, que engloba diversos significados. Un ejemplo de Duḥkha dado por Buda es el estar con alguien que no te gusta y el no-estar con alguien que te gusta. Históricamente, la traducción más común en occidente ha sido sufrimiento, lo que ha generado una visión pesimista del Budismo. Sin embargo, insatisfacción o insatisfactorio están más cerca al sentido de esta palabra en los textos originales.

Mientras que la Insustancialidad es la principal enseñanza del Budismo, la eliminación o extinción de la Insatisfacción (Duḥkha) es su principal y último objetivo. La búsqueda de una felicidad no condicionada fue el propósito que empujó a Gautama a su gran búsqueda espiritual. En la doctrina budista se hace indispensable aceptar la existencia de esa insatisfacción en la vida que aparece de manera intermitente, y por tanto, que el sufrimiento es una realidad inherente a existir y universal. Aunque Buda reconoció y animó a conservar los estados y momentos felices (buena situación económica, buena salud, etc...) afirmaba que éstos no son permanentes y que en todo caso, son coronados por la muerte.

Para el budista, Duḥkha es el resultado de no actuar ni pensar de manera que sea realmente consecuente con las realidades de Anitya y Anātman. Es el resultado de tener una actitud que admite la posibilidad de una satisfacción duradera o de la existencia de un ser, un "yo", al que proteger o beneficiar. Así, la consecuencia de no aceptar Anitya, la Impermanencia, es que experimentamos momentos de inseguridad, decepción, frustración o dolor cuando la transitoriedad o cambio se nos manifiesta en el transcurso de la vida. Y la consecuencia de no aceptar Anātman, la Insustancialidad, la ilusión del “yo”, es que a veces en la vida nos resistimos o luchamos internamente contra todo lo que interpretamos o creemos ver como un posible ataque o una injusticia, de la vida misma en ocasiones, hacia este “yo”.

La Insatisfactoriedad (Duḥkha) no es sólo consecuencia de la ley de Anitya, del cambio y la impermanencia, sino que también está a su vez sujeta a ella. Así los procesos de aparición y desaparición de Duḥkha se suelen ir alternando en la vida (Samsāra), o pueden llegar a extinguirse de manera definitiva (Nirvāņa) una vez que hayamos visto el origen de Duḥkha de manera clara mediante la práctica y la disciplina.

Los tipos de Duḥkha:

Una manera de apreciar la gama de significados de la palabra Dukkha es la de examinar los diferentes tres tipos que describió Buda:

* duḥkha duḥkhatā: El sufrimiento y el dolor físico o mental intrínseco en su sentido más ordinario y agudo.
* viparinama duḥkhatā: Es nuestra reacción al cambio o la pérdida, ya sea de cosas, situaciones y personas externas o de facultades y posibilidades en nosotros. Si nos aferramos excesivamente a las experiencias agradables (Suhkha), nos llevan a duḥkha porque son impermanentes.
* samskāra duḥkhatā: Es muy sutil y profunda. Es la insatisfacción general que viene con la existencia en sí misma. Se podría entrever en ese preguntarse por el sentido de la vida. En última instancia se debe a fabricaciones, formaciones o condicionamientos.

Los Tres Fuegos (kleśā)

(En pāḷi: kilesa) Los tres venenos. Las pasiones (que adolecen). Las tres raíces del "mal". Los tres envilecimientos. Las tres corrupciones. Los tormentos. Las aflicciones. También conocidos como: mula priyaya ó akuśala-mula.


Durante el entrenamiento budista se suele utilizar la metáfora de "Los Tres Fuegos", o "Venenos", para representar a pasiones humanas que afectan el rigor y la fuerza con la que se manifiesta Duḥkha. Éstos son:

* La Ignorancia/Ilusión/el Delirio (Moha). La ignorancia es el delirio de la idea de la existencia de un “yo”, y es el primer eslabón en la rueda de originación dependiente o Samsara. Se simboliza con un jabalí o un cerdo.
* El Anhelo/Aferramiento/la Avaricia (Lobha). Se simboliza con un gallo.
* La Aversión/Ira/el Odio (sánscrito: dvesa, pāḷi: dosa) Se representa con una serpiente.

Éstas pasiones son comparadas con "energía" capaz de intensificar conflictos y compulsiones negativas, ocasionando de manera indirecta la infelicidad y el sufrimiento del propio individuo del que se generan. Por ello el budismo también se refiere a ellas como aflicciones, dolencias o tormentos. Según el budismo, si indagamos y profundizamos sobre el origen primero de lo que interpretamos como manifestaciones del "mal" acabaremos llegando siempre a estas fuerzas motoras. Cada uno de estos fuegos se apoya de otro y ocasiona un tercero. De estos tres envilecimientos primarios surgen otros muchos secundarios que podrían ser más fáciles de reconocer, como por ejemplo la vanidad, los celos, la hostilidad, la pereza, la obstinación, la preocupación, el miedo, la desvergüenza... etc.

Los momentos en los que surgen estas pasiones que adolecen son aprovechados para el entrenamiento y la práctica budista, cuyo objetivo es el reconocimiento y la contención de estas emociones, evitando a un tiempo tanto su represión como la reacción ante ellas para poder facilitar así su transformación. Los tres fuegos son las motivaciones o raíces (mula/hete) de aquellas acciones voluntarias (karman) que tienen consecuencias perniciosas para el individuo.

Acciones de voluntad propia (Karman)

(En pāḷi: Kamma) Causalidad. Acción intencional o volición. Semilla. Ley de Causa y Efecto. Condicionamiento. Elección moral. Obras de motu proprio.

Según el budismo, toda acción intencionada o elegida (karman) crea toda variedad de resultados y nuevas condiciones, llamadas maduración (vipaka) o fruto (phala), que son de alguna u otra forma similares a la calidad moral de la acción. La acción puede ser mental, no solo verbal o física, y un simple recuerdo podría ser un fruto kármico. Un acto auténticamente reflejo no tiene valor kármico alguno. Sin embargo un impulso sí constituye karman, porque se da en la ignorancia de su auténtica naturaleza de elección. Desde una perspectiva budista, cada elección (cetanā) condiciona o refuerza algún hábito, conducta o estado que va creando, de manera acumulativa, nuestra propia personalidad, disposición y las formaciones mentales (samskāra) que afectarán las tendencias de nuestra vida.

La palabra española karma es usada de una manera distorsionada en relación al sentido de la palabra original en sánscrito y en pāḷi. El kamma no es ni destino, ni predeterminación, ni castigo, ni retribución. En la visión budista, Kamma es una más de las cinco leyes naturales o procesos lógicos del Universo (niyamas) que son impersonales y en los que no hay intervención divina, como puede ser también el caso de la gravedad. Esto conlleva que los proceso kármicos son inmutables: ni siquiera un buda puede escapar de ser afectado una vez que ya produjo la semilla kármica en su pasado. Eso hace del kamma una forma de condicionamiento, pero nunca una forma de determinismo, porque la manera en la que afecte el fruto kármico dependerá de la reacción ante él.

En el budismo, las diferencias entre las acciones volicionales se expresan solo en términos de habilidad o destreza. Si sus motivaciones o raíces (mula/hete) corresponden con alguno de los Tres Fuegos (Véase Duhkha más arriba) son torpes por ser malsanas y perniciosas (akuśala), y si corresponden a sus opuestos son hábiles por ser saludables (kuśala). Sin embargo, el objetivo de la práctica del renunciante budista no es la de producir más de un tipo de kamma y menos de otro, ni la de acumular mérito, sino el de dejar totalmente de producir kamma alguno para acabar con el ciclo de renacimiento. Esto se consigue eliminando toda intención o voluntad del "yo" en las acciones o respuestas. Por eso el Buda habló de cuatro tipos de kamma: Oscuro, Luminoso, Mixto y un cuarto que no es Ninguno. A esta cuarta situación se llegaría siguiendo el Óctuple Noble Sendero.

El Buda sugirió que, en la práctica, el funcionamiento del karman en el mundo es extremadamente complejo. Su resultado exacto y preciso es imposible de predecir y no se manifiesta de manera siempre rápida, ya que su maduración depende de otras circunstancias. El karman tampoco es una explicación a la mala fortuna, debido al gigantesco número de variables y fuerzas involucradas en todo lo que sucede. Por todo esto el karman no debe ser usado como pretexto para ser severo y sentencioso con las personas.

Surgimiento condicionado (pratītya-samutpāda)

(En pāḷi: Paticca-samuppāda) Originación Dependiente. Co-surgimiento Interser. La Cadena de los Doce Eslabones. Las Doce Causas Concatenadas. Co-producción Condicionada. Génesis Condicionada.
Surgimiento Interdependiente.

El surgimiento condicionado es expuesto en el Maha-nidana Sutta o "Discurso de las causas". Constituye una formulación elaborada del proceso del karman, que es la fuerza que une cada uno de los eslabones, y es el equivalente dinámico a la enseñanza de la Insustancialidad y de Los Cinco Agregados. Explica cómo los seres están atrapados por la ignorancia en un círculo sin fin que hace que constantemente perciban la realidad de manera incorrecta. Es una cadena que debe ser entendida de manera circular y no se refiere sólo específicamente a la duración de una vida humana, sino también al común funcionamiento de la mente instante tras instante.

1. Ignorancia Avidyā
2. Impresiones o Samskāra
3. Consciencia o Vijñāna
4. Organismo (cuerpo-mente) o Nāma Rūpa
5. Seis sentidos o ŞaDāyatana
6. Contacto sensorial o Sparsha
7. Experiencia sensorial o Vedanā
8. Deseo, querer, anhelo, antojo o Tŗşņa
9. Aferramiento mental o ‘‘Upādāna’’
10. Voluntad de manifestación (nacer, ser) o Bhava
11. Renacimiento o Jāti
12. Sufrimiento o Jarā-maraņa.

Así, Buda explica el común funcionamiento de esta cadena de la siguiente manera:

del nombre y la forma como condición requerida surge la consciencia. De la consciencia como condición requerida surge el contacto. Del contacto como condición requerida surge la sensación. De la sensación como condición requerida surge el deseo o ansia. Del anhelo como condición requerida surge el aferramiento. Del aferramiento como condición requerida surge el devenir. Del devenir como condición requerida surge el nacimiento. Del nacimiento como condición requerida surge la vejez, la muerte, el llanto, el lamento, el dolor y la desesperación. Tal es el origen de esta entera masa de angustia.
Digha Nikaya 15

Todo ‘’Yo’’ es el fruto (vipaka) de una acción voluntaria. Cuando este ‘’Yo’’ muere, se crean las causas para el renacimiento de un nuevo ‘’yo’’ condicionado por los anteriores.

Renacimiento

En la India, la idea de reencarnación o transmigración tras la muerte era ya parte del contexto hinduista en el que nació el budismo. No obstante, en el budismo este problema se tratará de un modo totalmente novedoso. El Budismo más ortodoxo prefiere el término "renacimiento" en vez del más popular y conocido de "reencarnación", debido a que no se cree que exista un alma perdurable o un yo que pueda transmigrar. Así, el renacimiento en el budismo no es igual que, por ejemplo, la reencarnación en el hinduismo, ya que Buda negó explícitamente que hubiera algo permanente en la persona que fuera ocupando o usando distintos cuerpos. El renacimiento en el budismo es más cercano a la lógica del ADN o a una palingenesia próxima a como la entendía el filósofo alemán Schopenhauer. En el renacimiento budista, una relación de causas y efectos hará manifestar la existencia de otros individuos, pero no un alma o espíritu.

En el budismo se afirma que todos los seres con consciencia aparecen y desaparecen en virtud del karman, el mecanismo de causa y efecto. Así, las acciones de cuerpo, habla y pensamiento conllevan unos efectos pendientes que harán que se objetiven y experimenten con el tiempo, ya sea mientras el individuo está todavía vivo o después. La continuidad entre individuos la constituye ese hilo causal, que son manifestados como tendencias y circunstancias apareciendo en todos y cada uno de los seres.

El renacimiento o reencarnación budista no es visto nunca como algo deseable, ni significa un determinismo radical en nuestras acciones; puesto que precisamente el camino Budista sirve para que la persona pueda liberarse de esa cadena perpetua de causas y efectos. Si bien el individuo debe experimentar las circunstancias en las que le toca vivir, a la vez es el único responsable de lo que decida hacer en frente de ellas.

La meditación, práctica fundamental en el budismo, supone también aquí la herramienta más poderosa para el seguidor budista. Con la práctica aprende a observar cómo no existe un dueño de los pensamientos que afloran en su propia mente, pero que a la vez él es el único responsable de lo que decida hacer con ellos. El apego o no apego a ellos son por tanto la clave para lograr conseguir mayor ecuanimidad respecto a él mismo y al mundo, como actitud fundamental para su vida.

El tema del renacimiento tiene dos posibles interpretaciones o aspectos:

* El renacimiento de una vida a otra.
* El renacimiento de un momento a otro durante esta vida.

De hecho, muchos budistas occidentales no se plantean el tema de la reencarnación e incluso no creen en él. Ambos puntos de vista pueden ser también complementarios para aquellas personas que consideren la reencarnación en un sentido literal. Mientras que para el resto el renacimiento supone una explicación de la continua generación de la ilusión de un "Yo", o en palabras de Buda, de lo "compuesto". Mientras no exista un cese de este ciclo, nuestra experiencia común del mundo es llamada Samsara, o el mundo de los fenómenos.

El Despertar (Nirvāņa)

Buda afirmó que es posible el cese definitivo del círculo de la originación dependiente y el renacimiento. La meta de la práctica budista es por tanto el de despertar de esta ilusión de Samsāra, y se afirma que en todo ser vivo existe el potencial de alcanzar el Nirvāņa, después de que se vea, con claridad y convicción plena como lo hizo el Buda, la verdadera naturaleza de la existencia y de la vida. Esta naturaleza se expresa en las enseñanzas de Las Tres Marcas de la Existencia, la Originación Dependiente y el Renacimiento. Alcanzar este estado implica el vivir una nueva experiencia de la vida, de la muerte y del mundo, por lo que se adoptaría una nueva actitud ante éstos.

A las personas que no hayan alcanzado este estado aún solo se les pueden proporcionar incontables definiciones, analogías y comparaciones siempre muy imperfectas y burdas sobre este estado. Seguramente por ello Buda solía optar por describir este estado con términos negativos como lo no-nacido, no-originado, no-creado, no-compuesto. Sin embargo también afirmó que no se debe confundir nunca ni con la aniquilación del individuo ni con un nihilismo. El significado último de "no-nacido" así como el de resto de analogías siempre son algo a clarificar para el propio seguidor budista.

Debido a esa inexpresabilidad, a menudo el Nirvāņa ha sido interpretado como un estado de quietismo o aislamiento, pero según los practicantes budistas, durante la meditación experimentan en ocasiones una total identificación con el resto del mundo que usan positivamente en la manera de relacionarse con este. Como la experiencia del Nirvāņa no es descriptible con palabras, ya que está más allá de los conceptos, y por lo tanto no puede ser comunicada, lo único que se puede transmitir es una indicación del camino a seguir para obtenerla. Éste es el propósito de las Cuatro Nobles Verdades.

Las Cuatro Nobles Verdades


Tras su despertar, Buda conoció que la verdad de su experiencia era inexpresable y muy difícil de transmitir a los demás, y durante unas semanas estuvo en tranquila seclusión. Según las escrituras budistas, finalmente pudo ver que existían personas que podrían también alcanzar el Nirvāņa. Y así empezó su actividad como guía para otros.

El primer discurso (Sutta) que dio fue a sus antiguos compañeros de meditación, en lo que se conoce como "La puesta en marcha de la rueda del Dharma" (Dhammacakkappavattana). En este primer discurso, Buda establece las bases para la comprensión de nuestra realidad.

Estas bases se conocen como "Las Cuatro Nobles Verdades" de la existencia. Las Cuatro Nobles Verdades constatan la existencia de lo que el budismo llama duhkha y que implica una angustia de naturaleza existencial y cuyo significado completo se explora anteriormente en este mismo artículo.

Las Cuatro Nobles Verdades son:

1. La verdad de la existencia del sufrimiento (Duhkha).
2. La verdad de que la causa de Duhkha es el deseo (el querer, el anhelo, la sed de (sánscrito: tŗşņā, pāḷi: taņhā)).
3. La verdad de que existe un cese de Duhkha.
4. La verdad de que existe un camino para lograr ese cese: el Óctuple Noble Sendero.

Buda lo expone así en el Dhammacakkappavattana Sutta (SN LVI.11):

"Esta, monjes, es la noble verdad de dukkha: el nacimiento es dukkha, la vejez es dukkha; la tristeza, el lamento, el dolor, la pena y el desespero son dukkha; la asociación con lo que no se ama es dukkha; la separación de lo que se ama es dukkha; no conseguir lo que se quiere es dukkha. En breve, los cinco agregados del aferramiento son dukkha.

Y esta, monjes, es la noble verdad del origen de dukkha: el aferramiento que provoca el consiguiente devenir y que es acompañado por la pasión y el deleite, probándolo ahora aquí y ahora allí. El aferramiento al placer de los sentidos, el aferramiento a que algo aparezca, el aferramiento a que algo no aparezca.

Y esta, monjes, es la noble verdad del cese de dukkha: la restante disminución y cese del aferramiento, la renuncia, el abandono, la liberación, el dejar ir ese mismo aferramiento.

Y esta, monjes, es la noble verdad del camino de práctica que conduce al cese de dukkha: precisamente este Noble Camino Óctuple: el correcto punto de vista, la correcta resolución, el habla correcta, la acción correcta, el modo de vida correcto, el esfuerzo correcto, la atención correcta, la concentración correcta."

A semejanza de la medicina de la época, Buda actúa como un médico pero para la enfermedad del espíritu, en donde su enseñanza es aplicada como una medicina. Así, lo que el Buda nos viene a presentar es de hecho algo muy similar a un procedimiento médico en donde tenemos:

1. La observación del síntoma o signo de la enfermedad.
2. El diagnóstico de la enfermedad.
3. La prognosis (la previsión de las posibilidades de recuperación).
4. La prescripción de una receta.

Duhkha. El síntoma.


Esta verdad contiene las enseñanzas sobre Las Tres Marcas de la Existencia.

La vida es imperfecta, la insatisfacción y el sufrimiento existen y son universales. Esto es lo primero que se debe aceptar en el camino budista. Esta Primera Noble Verdad representa el sine qua non de toda la práctica del budismo.
El origen de Duhkha. El diagnóstico.

(En pāḷi: Dukkha Samudaya Ariya Sacca)

Esta verdad contiene la enseñanza del Surgimiento Condicionado.

El principal problema para el Buda es que basamos nuestras acciones (causa) en premisas erróneas, con lo que el resultado (efecto) será diferente al esperado o deseado inicialmente. En el pensamiento budista el origen de duhkha es el anhelo, el ansia o la sed (tŗşņā) de todo tipo de situaciones o condiciones. Creemos que algún acto, logro, objeto, persona o entorno propicio nos llevarán a la satisfacción permanente del “yo”, cuando el "yo" en sí no es más que una fabricación de la mente. Y de ahí que el origen del anhelo sea la ilusión o la ignorancia (avidyā). En la visión budista la ilusión o ignorancia impregna toda la vida en cada momento.

Con la Segunda Noble Verdad, el Buda expresó lo que veía como la auténtica causa raíz última de la insatisfacción o del sufrimiento en la vida. Normalmente buscamos, vemos y entendemos la existencia de la causa y el efecto en todo lo que sucede, pero, según las enseñanzas budistas, no siempre llegamos a comprender la manera y forma en la que realmente funcionan, por ejemplo cuando responsabilizamos a toda una variedad de factores por nuestro malestar en la vida, en vez de a nuestras propias acciones o, sobre todo, actitudes. Otras veces, por estar lamentándonos por nuestras acciones poco hábiles o torpes en el pasado, nos causamos aún más Duhkha en el presente.

La extinción de Duhkha. La prognosis.

(En pāḷi: Dukkha Nirodha Ariya Sacca)

Esta verdad contiene la enseñanza sobre nuestra capacidad de llegar al Nibbana.

En el transcurso del entrenamiento budista, los estudiantes afirman con frecuencia que van adquiriendo la confianza y seguridad de que es posible eliminar Dukkha porque empiezan a ver como el "yo" es creado. Según el budismo, a través del aprendizaje de la observación de los procesos considerados como poco hábiles o torpes, por estar alimentados por Los Tres Fuegos, se empieza a crear una base para lograr un cese de los mismos. En el pensamiento del Buda, la forma de escapar de la insatisfactoriedad de la vida es, paradójicamente, precisamente la de enfrentarnos de manera directa a esta condición insatisfactoria.

El camino que lleva a la extinción de Dukkha. La prescripción.

(En pāḷi: Dukkha Nirodha Gamini Patipada Ariya Sacca)

Buda expresó que el método y la disciplina para eliminar la ignorancia, el anhelo y dukkha es El Noble Óctuple Sendero.

La Práctica Budista

El óctuple noble sendero.

(En pāḷi: Ariya Atthangika Magga) En sánsrcito "Aryashtanga Marga": Arya significa santo, noble, puro. Ashtanga significa "ocho partes" u ocho miembros. Marga significa sendero, camino. Así la traducción más apropiada sería "Camino santo de ocho partes".
Artículo principal: Óctuple Sendero

Consta de:

1. Correcta Visión o Entendimiento (Samyak drsti). Es la comprensión de las Cuatro Nobles Verdades y la ley de la Causalidad.
2. Correcto Pensamiento o Motivación (Samyak sankapa). Son los pensamientos libres de deseo sensual, libres de crueldad y libres de mala voluntad.
3. Correcta Palabra (Samyak vaci). Significa evitar la mentira, cultivar la veracidad.
4. Correcta Acción (Samyak karmanta). Es evitar matar, robar, mentir, es decir, la práctica de los preceptos.
5. Correcto Modo de Subsistencia (Samyak ajiva). Ganarse la vida mediante un trabajo que no implique matar animales, traficar con personas, armas o drogas.
6. Correcto Esfuerzo (Samyak vayama). Son los cuatro esfuerzos destinados a: evitar el mal que no ha surgido; vencer el mal que ya surgió; desarrollar el bien que no ha surgido; y mantener el bien que ya surgió.
7. Correcta Atención (Samyak sati). Atención al cuerpo, las sensaciones, la mente y los objetos mentales.
8. Correcta Concentración (Samyak Samadhi). Es la meditación orientada a la liberación de las causas del sufrimiento, no sólo la meditación "para calmar la mente".

Así los dos primeros corresponden a la sabiduría, los 3, 4, 5 a la moral, y los 6, 7 y 8 a la meditación. Todos estos factores son importantes en el camino budista, y dependiendo de la escuela, tradición o maestro, se enfatizan más unos u otros...

Los cinco preceptos

Desde el budismo primigenio, la comunidad budista en el mundo ha estado compuesta por monjes y laicos. Los laicos adoptan cinco preceptos básicos como guías de actuación y ayuda, los cuales se asumen de esta manera:

* Tomo el precepto de no dañar criaturas vivas intencionadamente.
* Tomo el precepto de no tomar lo que no me es dado.
* Tomo el precepto de no mantener una conducta sexual incorrecta (dañina con otros o conmigo mismo).
* Tomo el precepto de no hablar de manera dañina (mentir, rudeza, ostentación, cotilleo, charla vana).
* Tomo el precepto de no tomar intoxicantes (que alteren la mente y me pongan en riesgo de romper los otros preceptos).

Los monjes budistas sin embargo siguen una guía especial llamada Vinaya y que conforma una de las tres partes del compendio de escrituras con la que deben respetar entre 227 y 334 reglas de disciplina dependiendo de las tradiciones a las que pertenezcan.

El primer precepto hace que el vegetarianismo sea muy común en la práctica budista, si bien no es universal entre todos los budistas, y de hecho parece que el Buda histórico aceptaba algunos donativos de carne con la condición de que el animal no hubiera sido matado expresamente para el consumo del Buda.

Meditación

La meditación (bhavana) es la práctica budista por excelencia. El significado del término es "cultivo de la mente". Es por tanto una actividad que supone determinada disposición para que el practicante se sitúe en la realidad y así aumentar su comprensión y sabiduría, que son esenciales para la erradicación de dukkha. Hay muchas y variadas técnicas de meditación budista dependiendo de cada tradición y escuela, si bien todas se basan en dos componentes llamados samatha (calma mental, tranquilidad) y vipassana (conocimiento directo, intuición).En el núcleo central de toda meditación budista hay una observación tranquila y atenta tanto de los propios procesos mentales como de los fenómenos de la vida.

En la meditación budista se intenta predisponer determinada condición mental que favorezca el samadhi o estado de máxima atención y tranquilidad. El samadhi se considera algo previo a la realización de una alta comprensión o también del Nirvana. En el budismo primigenio - como sabemos por las fuentes pāḷi del budismo Theravāda - Buda explica los diferentes estados o jhanas que el practicante experimenta en su progreso, así como la manera de identificarlos y los métodos a seguir. De igual modo, en el budismo mahayana aparecen explicaciones similares de los diferentes estados junto a nuevas formulaciones. Históricamente, estas nuevas formulaciones a menudo suponen el recuperar significados antiguos al poder aparecer en un nuevo contexto.

A partir de esta base común, a lo largo de la historia las diferentes tradiciones budistas elaboraron sus propias técnicas de meditación dependiendo de su propia evolución histórica y sus influencias culturales. En todas las tradiciones hay infinidad de técnicas y variantes meditativas, de manera que es difícil que en una tradición budista no se encuentre por lo menos señalado aquello que ocupa la atención de las otras. No obstante, de manera resumida se puede citar como característico de los sistemas de meditación en las diferentes tradiciones budistas lo que sigue:

* Budismo Theravāda: hace hincapié en el análisis y descripción de los diferentes estados de meditación. Limpia de ritual y con un fuerte componente de estudio. Enfatiza un camino progresivo de práctica que pulirá las realizaciones del practicante. El análisis y la sistematización de la experiencia meditativa es la característica principal en la tradición Theravāda.
* Budismo Zen: hace hincapié en el carácter espontáneo e intuitivo de la sabiduría. La práctica budista es limpia de ritual e intenta buscar una armonía natural en el individuo que le predispone a realizaciones directas e intuitivas. Evitar el dualismo en la comprensión de la realidad, es la característica de la meditación Zen.
* Budismo Tibetano: hace hincapié en los mecanismos simbólicos e inconscientes de la mente. Es una práctica ritualista que intenta la transformación de la mente del practicante mediante un camino progresivo de realizaciones. La meditación en el budismo tibetano está centrada desde sus inicios en establecer nuevos patrones psicológicos para aumentar la comprensión de la realidad a niveles profundos. Es la más simbólica y mágica de todas las tradiciones budistas.
* Budismo de la Tierra Pura: hace hincapié en el carácter omnipotente de la sabiduría frente a los esfuerzos del individuo. Es una práctica devocional en donde los mantras (recitaciones) predisponen al practicante para una realización instantánea. En el budismo de la Tierra Pura, la devoción, humildad y gratitud suponen en sí mismas vías de realización espiritual como algo muy distintivo.

Las tres joyas (Triratna)

(En pāḷi: Tiratana) Los tres refugios. Los tres tesoros.

En el budismo la persona realiza una interiorización llamada tomar refugio. Desde antiguo esto ha sido lo que ha definido a alguien para ser considerado un seguidor de las enseñanzas del Buda. Esta toma de refugio viene a significar que una vez la persona ha comprendido el sentido de liberación que subyace en este camino, asumirá que mientras dure su existencia - o incluso en otras si las hubiera - querrá permanecer vinculado para siempre a lo que se llama las Tres Joyas o también los Tres Tesoros: Las Tres Joyas consisten en:

1. El Buda: el ser iluminado - el despertar o iluminación.
2. El Dharma: la enseñanza del Buda - el entendimiento correcto.
3. La Sangha. la comunidad de budistas - la pureza fundamental.

En muchas escuelas budistas existe algún tipo de ceremonia oficiada por un monje o maestro que ofrece la toma de preceptos. Esto es una manifestación pública del compromiso pero no es algo indispensable. La persona puede por ella misma tomar refugio con sinceridad y es del todo suficiente.

La ética budista

Resumidamente, la moralidad y ética budista se apoya en los principios de no ocasionar daño (ahimsa) y la moderación (el camino medio). Según las enseñanzas budistas, los principios éticos están determinados por el examen de si una acción cualquiera podría ser potencialmente dañina o perjudicial para uno mismo o para otros, y es este tipo de acción el que se intenta evitar. En el budismo se utiliza mucho la expresión de mente hábil, que es aquella que evita todas las acciones propensas a causar sufrimiento o remordimiento. El esfuerzo y la intención empleados determinará la carga moral de la acción.

Movimientos históricos

Los Concilios

Tras su iluminación Buda inició su ministerio el cual duro más de 40 años, durante los cuales fundó la orden budista y la primera orden monástica de mujeres, a la edad de 80 años falleció. Al no designar un sucesor al frente de la Shanga, la doctrina tomó diferentes rumbos creando diversas escuelas y variantes conocidas como Nikayas, sin embargo esto no fue inmediato, su proceso ha durado hasta nuestros días. De acuerdo con una recopilación hecha por el venerable monje Nandisena, tres meses después de la muerte del Buda un grupo de quinientos de sus discípulos denominados Arahants (iluminados, hombres santos) presididos por el monje Maha-Kassapa celebraron el Primer Concilio Budista. En este concilio se agruparon las enseñanzas de Buddha en tres canastas: La canasta de las reglas de disciplina (vinaya pitaka), donde están las reglas de los monjes, la canasta de los discursos (sutta pitaka), que contiene los discursos del Budha y la canasta del Abhidhamma, la cual contiene las enseñanzas filosóficas y psicológicas de Buddha. “Hay otro tipo de agrupación de las enseñanzas en colecciones (nikaya). De acuerdo con esta agrupación hay cinco colecciones: 1) la colección de discursos largos (digha nikaya), 2) la colección de discursos medios (majjhima nikaya), 3) la colección de discursos afines (samyutta nikaya), 4) la colección de discursos graduales (anguttara nikaya) y 5) la colección menor (khuddaka nikaya)”, escribe el monje. En 1871 en Birmania, durante el Quinto Concilio Budista, el Canon Pāḷi se grabó por ambos lados en setecientas veintinueve planchas de mármol, cada una de 5 pies de alto (1,52 m), 3 pies de ancho (91 cm) y 5 pulgadas de ancho (13 cm) y se encuentran alrededor de la Kuthodaw Pagoda, denominada por algunos el libro más grande del mundo. Al igual que en casi todas las religiones, el budismo ha tenido cismas.

Vehículos

La primera recopilación escrita de las enseñanzas en el año 100 a.c fue en buena parte un intento de consolidar la doctrina debido al gran crecimiento de practicantes que ya tenía el budismo. Crecimiento que en gran medida era debido al emperador indio Aśoka, quien en el siglo III a.c. adoptó al budismo como religión de su enorme imperio. Aún hoy el escudo de la India es el sello de Aśoka, la rueda budista de la ley.

En torno al siglo II a.c. aparece lo que hoy se conoce como budismo temprano. Existían en el budismo temprano diferentes tendencias y maneras de enfocar la enseñanza. Esto sería el caldo de cultivo en donde surgirían los posteriores movimientos llamados también vehículos del budismo: los actuales theravāda y mahāyāna.

La clasificación popular en vehículos llamados hīnayāna y mahāyāna es propia del budismo mahāyāna y tiene algo de sentido bajo criterios históricos, pero doctrinalmente, el budismo theravāda no la admite, al considerar que la enseñanza del Buda es una (contenida en el Canon Pāḷi) y que éste no creo escuelas ni divisiones.

La palabra hīnayāna sigue siendo mal interpretada por muchos practicantes del budismo mahāyāna, al grado de tomar tintes peyorativos, pues creen que el budismo theravāda es un camino hīnayāna ("vehículo pequeño" o "inferior") y que el mahāyāna ("gran vehículo") no lo es. Cuando en los sūtras del budismo mahāyāna aparece la palabra hīnayāna aplicada a alguien, se refiere a determinada idea respecto al objetivo del camino budista, pero no se refiere al budismo theravāda como tradición budista. Las personas que desde el prisma del budismo mahāyāna se considera que tienen una postura hīnayāna, pueden por tanto existir tanto en el mahāyāna como en el theravāda.

Mientras se realizaba esa primera compilación de escrituras en lo que hoy conocemos como el Canon Pāḷi del budismo theravāda, algunos monjes, de forma inconexa y dispersa entre sí, afirmaban unas nuevas vías de entender la enseñanza, al Buda y el progreso en el camino. Esa nueva corriente se autodenominó al principio "Bodhisattva-yāna" que quiere decir el Vehículo del Bodhisattva. La palabra Boddhisattva se refiere a un ideal y objetivo en el camino del practicante budista. En el budismo primigenio se empleaba para designar a aquella persona que ya estaba decidida y embarcada en el proyecto de convertirse en un Buda. Este significado adquiere un nuevo matiz en los albores del mahāyāna, y así significara que el seguidor aspira a una liberación universal y completa de todos los seres vivos.

Con el tiempo, esta afirmación del vehículo del Bodhisattva se autodenominó mahāyāna, que quiere decir Gran Vehículo. El mahāyāna afirmaba por tanto muchas cosas novedosas, en cierta medida a menudo ampliaciones de significados, pero que no fueron admitidas por aquellos que preferían ceñirse a lo conocido y ya compilado en el Canon Pāḷi. Por tanto, doctrinalmente desde el mahāyāna a menudo se observa al budismo theravāda como incompleto, mientras que desde el theravāda se observa al mahāyāna como una deformación de la enseñanza original.

Alrededor del siglo VII d.C, el tantrismo hindú entraría en China y Tíbet. Esta fusión crearía el llamado budismo tántrico o Vajrayana. Sus seguidores se refieren a él como un tercer vehículo o movimiento, si bien de manera estricta se consideran los dos movimientos principales ya mencionados.

Escuelas filosóficas

Budismo Theravāda

En el budismo Theravada existe una variedad de enfoques que intentan afinar el sentido del Abhidarma, la parte filosófica del Canon Pāḷi. Durante el desarrollo del budismo primitivo se conformaron unas 18 escuelas distintas de pensamiento, de las cuales la Theravada ha sido la que nos ha llegado hoy. Sin embargo, hay que notar que ésta cifra es variable según el criterio de diferentes estudiosos. De cualquier modo, la visión Theravada del budismo originario es la que hoy nos ha llegado. Actualmente, en los distintos países en donde el Budismo Theravada es preeminente, encontramos que se han generado enfoques distintos debido a su propia evolución interior. Así por ejemplo, en Thailandia existen dos ramificaciones principales del budismo (Mahanikaya y Dhammayut) tras la reforma impulsada por el Rey Rama V en 1902. Esta reforma se acometió para lograr reavivar el budismo Tailandés y alejarlo así de un arraigado clericalismo.

De manera general no se puede hablar de escuelas diferenciadas en el budismo Theravada, si bien si que existe la predisposición filosófica a inclinarse bien a dar más autoridad a los Sutras o bien al Abhidhamma. Esta misma diferenciación a la hora de dar autoridad a los textos sagrados es la que se oficializó en el caso de la reforma del budismo Tailandés de la que surgieron esos dos movimientos. En el resto de países con presencia del budismo Theravada esta diferenciación existe normalmente sólo de facto.

Budismo Mahāyāna

En el budismo mahāyāna las diferencias filosóficas entre posturas distintas son más notables y visibles que en el Theravada. Estas diferencias surgen a partir de dos escuelas de pensamiento distintas gestadas en los primeros siglos del mahayana. Influyen en la mayoría de tradiciones y escuelas de este tipo de budismo. Las dos escuelas son la Madhyamaka y la Yogacara.

* La Madhyamaka o "camino del medio" tiene su base en los desarrollos del filósofo y maestro indio Nagarjuna en el siglo II (d.C). Uno de sus principales trabajos es el "Mulamadhyamakakarika" o Fundamentos de la vía media. Nagarjuna postula la indagación de la verdad evitando los opuestos del existencialismo y del nihilismo mediante un camino que es explicado a través de razonamientos lógicos, pero que en esencia los trasciende.

* La escuela Yogacara o "sólo consciencia" surge posteriormente por los desarrollos de los maestros y además hermanos, Asanga y Vashubandhu en el siglo IV (d.C). Postula la identificación entre realidad y mente individual para evitar el dualismo.

Tradiciones y escuelas

El budismo no está organizado con una jerarquía vertical. No existe una iglesia o alguna especie de Papa como por ejemplo ocurre en el catolicismo. La autoridad religiosa descansa primeramente en los textos sagrados, especialmente en los Sutras o sermones del Buda. En su interpretación se otorga cierta autoridad a maestros y personajes importantes que los comentan y analizan a lo largo de la historia.

La comunidad monástica se organiza históricamente por líneas de transmisión en el tiempo, en donde las cadenas de relaciones entre maestros y discípulos son centrales, especialmente en el budismo mahayana. Los laicos tienen distinto papel dependiendo de los dos grandes movimientos, Theravada y Mahayana. En el budismo mahayana, los laicos han ocupado a menudo un lugar tan importante como los monjes en esa autoridad religiosa, mientras que en el Theravada tradicionalmente han quedado relegados a un segundo plano. Recientemente se está reformando este papel en numerosos países con este tipo de budismo.

Esta organización religiosa totalmente descentralizada ha permitido por tanto una enorme flexibilidad de puntos de vista, variaciones y enfoques. A menudo incluso se habla de "tipos de budismo". No obstante, todas la variantes de budismo se unen en el tiempo en puntos de partida comunes doctrinales e históricos.

Aparte de tener presente los dos grandes movimientos del budismo, no existe una manera consensuada de agrupar los enfoques teóricos y prácticos. Se puede hacer geográficamente, culturalmente, doctrinalmente, etc. En Occidente se hace según lo que aparece como distintivo. La clasificación que sigue es la típica que se hace en cualquier país occidental, en donde se mezclan diversas categorizaciones pero que finalmente resulta ser la más practica atendiendo al budismo presente por aquí.

Budismo Theravāda

O del linaje de los antiguos. Se ciñe a la primera recopilación de escrituras budistas, realizada en el siglo I a.C. Este tipo de budismo es limpio de ritual y caracterizado por el estudio, por el análisis, y la sistematización de los diferentes estados de meditación. Presente en Tailandia, Sri Lanka, Birmania (Myanmar), Laos, India, Camboya. Hay diferentes escuelas Theravada que normalmente varían en función del país del que hablemos. En Tailandia por ejemplo existen la Mahānikaya, la Dhammayut y la del Kammatthana o del Bosque. A menudo un maestro tiene un enfoque particular que no acaba derivando en escuela como suele ocurrir en el Mahāyāna ni tampoco entre ellas hay diferencias tan substanciales. En occidente ha causado un impacto reciente el enfoque del monje tailandés Bhikkhu Buddhadasa, el cual plantea de manera muy psicológica aspectos importantes como la reencarnación.

Budismo de la Tierra Pura


Desarrollado a partir del siglo IV. Es un budismo de carácter devocional, que da preponderancia a la fe y al carácter omnipotente de la sabiduría. Filosóficamente influido por la escuela Yogacara. Desarrollado en China, Japón, Tibet y la práctica totalidad de los países con budismo mahayana. La práctica de la Tierra Pura utiliza fundamentalmente la recitación de mantras y también la meditación según lo expuesto en esos Sutras. Los mantras Namo Amida Butsu en japonés o Namo Amito Fo en chino, son sin duda los mantras budistas más repetidos del planeta. La práctica en ésta tradición se desarrolla alrededor de las nociones de propio-poder (jap. Hiriki) y otro-poder (jap. Tariki). Según la tradición de la Tierra Pura, al estar el despertar (renacimiento en la Tierra Pura) sujeto al karma, en realidad cualquier esfuerzo o práctica es inútil. Así el practicante confía en el voto y la compasión de Amida para su despertar. Como escuela establecida, la Tierra Pura tiene sus orígenes en China, con la fundación de la escuela del Loto Blanco alrededor del 400 d.c por parte de Hui-Yuan, si bien fue T'an Luan quien realmente la asentaría como escuela, y es considerado primer patriarca. La Tierra Pura llegaría a Japón de la mano de varios monjes Tendai, en donde se la llamaría Shin. No obstante no cobraría importancia hasta la época Kamakura, bajo los monjes Honen (1133-1212) y Shinran (1173-1263). Honen fue un monje erudito que no estaba de acuerdo con la dificultad existente en el budismo Tendai, y así formuló la confianza en el Buda Amida como vía para el despertar. Fue tratado de hereje y expulsado de Kyoto, pero debido a eso, la enseñanza empezaría a difundirse. Sus seguidores empezarían a distanciarse del Tendai. Debido al acoso al que fueron sometidos se creó la escuela Jodo-shu o "Escuela de la Tierra Pura".
Budismo Chan (Zen)

Desarrollado a partir del siglo VI en China. Es un budismo con ausencia de ritual que da preponderancia al carácter intuitivo de la sabiduría. Filosóficamente influido tanto por Madhyamaka como por Yogacara. Desarrollado en China, Corea, Japón, Vietnam. En China es llamado chán. La palabra china chán deriva de la sánscrita dhyāna, normalmente interpretada como meditación, aunque en realidad se refiere a determinado estado mental ya que se pueden considerar diferentes dhyanas. Budismo zen es lo mismo que decir budismo chán, siendo la palabra zen la sonoridad japonesa que adquirió cuando éste llegó a Japón. Igual pasó en Corea, en donde se le llama Son. Un monje indio llamado Bodhidharma (Tamo en chino) que habría estado en China del 470 al 526 d.c. sería el primer patriarca de la escuela Chán en el templo Shaolin, enseñando la meditación como práctica principal y siendo fiel al Sutra del Lankavatara como escritura fundamental. La práctica de esta tradición se basa en la meditación sentada (chino: zùochán, japonés: zazen), el uso de dichos o hechos de los maestros cuyo significado profundo trasciende la capacidad dualista-lógica (chino:gōng'ān, japonés: koan), de indagación en preguntas (chino: huatou). Las escuelas principales del zen actual son la Línjì (Rinzai en japonés) y la Cáodòng (Sōtō Zen en japonés).

Budismo tibetano

Surge a partir del siglo VII dC. Por su fusión con la religión de carácter chamánico oriunda del Tibet, llamada Bön, presenta un carácter mágico, simbolista y ritualista. Influido por el tantrismo hindú.

Filosóficamente da preeminencia al camino Madhyamaka del maestro Nagarjuna. Desarrollado en Tibet, Nepal, Bhutan, Sikkhim, Mongolia y China. La conversión al budismo del rey tibetano Songsten Gampo en el siglo VII es tenida como la primera fecha clave para el budismo en el Tibet. Cien años más tarde, el gurú indio Padma-Sambhava llegaría al Tibet convirtiéndolo definitivamente en religión de masas.

El budismo tibetano está influido en gran medida por un budismo tántrico temprano que existió en la India y también por la propia religión Bön autóctona. Todas las escuelas tibetanas hacen gran hincapié en el estudio de textos sagrados, recitación de mantras y devoción al gurú, así como en una perspectiva de talante mágico para enfocar el camino. Las escuelas principales en la actualidad son: Nyingma, Kagyu, Gelug, Sakya, Bön.

Budismo de Nichiren

El Budismo Nichiren surge en el Japón en el siglo XIII alrededor de la figura del monje Nichiren, quien declaró que la esencia del budismo se encontraba en el Sutra del Loto. El Sutra del Loto es una escritura nacida en el budismo mahayana antes que Nichiren y es de común uso en todas las escuelas del budismo mahayana.

Nichiren declaró al resto de escuelas budistas como erróneas, lo que le llevó a un fuerte enfrentamiento con la escuela predominante por entonces en Japón, la escuela Tendai. El budismo japonés tiene en su expansión histórica algunos debates doctrinales mezclados con luchas entre poderes feudales. De estos episodios surgió la afirmación de nuevas escuelas y la desaparición de otras.

Hasta el último cuarto del siglo XX, el budismo de Nichiren se caracterizó por la gran intensidad y agresividad de sus esfuerzos de conversión, actividad conocida como shakubuku. Esto contrasta con como otras escuelas budistas aconsejan no intentar convertir a otros y solo hablar de las enseñanzas cuando se es preguntado, tal y como hizo el Buda. Hoy, el budismo Nichiren utiliza mas el término de Kosen Rufu y a los miembros solo se les anima a hablar sobre sus experiencias con sus allegados, pero el budismo de Nichiren conserva aún así la aspiración a la conversión universal de la humanidad, que es lo que considera que llevará a la paz mundial.

El budismo Nichiren tiene distintas ramas, aunque tradicionalmente ha estado muy asociado al nacionalismo japonés. Las organizaciones más conocidas en Occidente son la Soka Gakkai Internacional y la Nichiren Shoshu.

Tradiciones budistas

* Mahayana (56%)
* Theravada (38%)
* Vajrayana (6%)

Nuevos movimientos y escuelas

Escuelas de nuevo origen y otras más relevantes con presencia en Occidente:

* Amigos de la orden budista occidental (AOBO): Fundada por el inglés Sangharakshita en el siglo XX.
* Nueva tradición Kadampa: Fundada por el lama tibetano Geshe Kelsang Gyatso en Inglaterra, surgió escindiéndose del paraguas de escuelas que reconocen al Dalai Lama como autoridad.
* Asociación Zen Internacional: Creada a partir de la enseñanza del maestro zen japonés Taisen Deshimaru, el cual se instaló en Francia en los años 60.
* Soka Gakkai :La Soka Gakkai nació en 1930 y es la principal organización mundial que difunde el budismo Nichiren.

El Budismo en cifras

Las estimaciones sobre el número de budistas en el mundo varian muy significativamente, según diferentes fuentes disponibles [6] [7] [8] [9], entre los 1.691 millones [10] y los 230 millones. [11]. Esto significa que el budismo podría ser tanto la segunda religión de la humanidad como la sexta, pero no existe todavía una certeza suficiente para tener una idea más aproximada.

La mayoría de los budistas están en Asia, y la provisionalidad de las cifras en gobiernos que evolucionan desde el comunismo obliga a una constante revisión, si bien cada nueva revisión anual muestra un incremento al alta muy significativo del budismo. El principal motivo para esta enorme discrepancia en las cifras actuales es la combinación de tres tipos distintos de dificultades para dar una cifra sobre China, el país de mayor población en el mundo. El budismo posee un muy importante arraigo histórico en ese páis, sin embargo es oficialmente un país ateo, en el que además se practica una religión popular tradicional muy heterogénea y sincretista que, entre otros, incluye elementos budistas, y que con frecuencia se lista por separado.

Un reciente estudio del Global Center for the Study of the Contemporary China realizado en el 2005 [12] revela la poca fiabilidad de los datos anteriores, a la vez que enseña como el 52% de los chinos todavía rehusa contestar a preguntas directas sobre su afiliación religiosa. Teniendo esto en cuenta, mientras que en 1995 sólo un 2% admitía abiertamente pertenecer a alguna religión, en el 2005 lo hizo el 5%. Aunque por otro lado, existe un 23% que admiten haberse confiado a Buda como figura religiosa durante el pasado año. Todos estos datos contradictorios dan una idea de que será la propia evolución en la apertura en la sociedad china la que irá puliendo estas cifras.

En Occidente el budismo tiene buena implantación en Estados Unidos con unos 6 millones de seguidores, y en Europa con 2 millones. Se estudia además como especialidad en los principales centros universitarios, y en la mayoría de países laicos está reconocida como religión por el estado. Excepciones ocurren en países como España en donde no hay estudios universitarios ni cifras oficiales, ni tampoco apenas conocimiento ni cultura sobre otras religiones diferentes de las judeocristianas. En este tipo de países existe una situación de confesionalidad encubierta, en donde no se atiende a la existencia de otras religiones aunque se las respeta [13]. Este fenómeno existe también otros países en donde tradicionalmente la religión mayoritaria parece tener capacidad para influir en la aplicación de la Constitución en esos propios países.

En América Latina, los países con mayor implantación son Argentina en donde está reconocida por el Estado, México y Brasil.
MEDITACION BUDISTA

La meditación es la práctica budista por excelencia. El significado del término meditación o bhavana significa "cultivo de la mente". Es por tanto una actividad que supone determinada disposición para que el practicante se sitúe en la realidad y así aumentar su comprensión y sabiduría, que son esenciales para la erradicación del "dukkha".
METODOS DE MEDITACION:
Hay muchas y variadas técnicas de meditación budista dependiendo de cada tradición y escuela, por ejemplo en la Theravāda Visuddhimagga se enumera hasta 40 métodos meditativos. Si bien, todas se basan en dos componentes llamados Samatha (calma mental, tranquilidad) y Vipassana (conocimiento directo, intuición). Se considera que los métodos derivados de Samatha sirven normalmente para preceder y prepapar las meditaciones Vipassana.
En cualquier caso, todas las formas de meditación sirven como antídoto para solucionar alguna de las "cinco ataduras". En las fuentes del budismo pali encontramos este esquema aún en uso en la tradición Theravada:
Tipo de meditaciónMétodoContrarresta:Desarrolla:
Samatha
(meditaciones de tranquilidad)
AnapanaLa distracciónLa concentración
Metta bhavanaEl odio, la nostalgia, la sensibleríaEl amor
Mudita bhavanaEl rencor, la envidiaLa alegría
Upekkha bhavanaLa indiferencia y la neutralidad apáticaLa ecuanimidad
Vipassana
(meditaciones interiores)
La contemplación de la impermanencia (Anicca)El deseoLa paz interior, la libertad
SalayatanaLa vanidadLa claridad respecto a la naturaleza del ser
La contemplación del origen condicionado (Pratitya-samutpada)La ignoranciaLa sabiduría, la compasión
Si bien hay que tener en cuenta que las diferentes tradiciones del budismo Mahayana desarrollan sus propios métodos con su propia nomenclatura. En el budismo Mahayana también ha menudo se describen técnicas de meditación cuyo enfoque puede ser considerado como "total", en el sentido que a veces defienden una sola técnica concreta como antídoto para todo lo anterior. Tal es el caso del la meditación del budismo Zen o el mahamudra en el budismo Tibetano.
tecnica de meditacion

Aunque la meditación budista no significa exclusivamente sentarse en el suelo para desarrollar una técnica contemplativa, desde antiguo el buscar un lugar tranquilo y preferentemente cerca de la naturaleza para favorecer el progreso de la meditación ha sido una constante. Además que así lo aconsejaba el propio Buda. De este modo, la representación más popular del Buda es la de una figura sentada con la piernas cruzadas en la llamada posición de loto. Aunque hay otras representaciones del Buda estando de pie, recostado, o en una silla.

En la meditación budista se intenta predisponer determinada condición mental que favorezca el samadhi o "estado de máxima atención y tranquilidad". El samadhi se considera algo previo a la realización de una alta comprensión y también del nirvana.

En el Budismo primigenio - como sabemos por las fuentes pali de la escuela Theravada - Buda explica los diferentes estados o "jhanas" que el practicante experimenta en su progreso, así como la manera de identificarlos y los métodos a seguir. De igual modo, en el Budismo Mahayana aparecen explicaciones similares de los diferentes estados junto a nuevas formulaciones. Históricamente, estas nuevas formulaciones, a menudo, suponen la recuperación de significados antiguos para su adaptación a un nuevo contexto.

En el núcleo central de toda meditación budista hay una observación tranquila y atenta tanto de los propios procesos mentales como de los fenómenos de la vida.

Meditación en las diferentes escuelas

A partir de esta base común, a lo largo de la historia las diferentes tradiciones budistas elaboraron sus propias técnicas de meditación dependiendo de su propia evolución histórica y sus influencias culturales. En todas las tradiciones hay infinidad de técnicas y variantes meditativas, de manera que es difícil que en una tradición budista no se encuentre por lo menos señalado aquello que ocupa la atención de las otras. No obstante, de manera resumida se puede citar como característico de los sistemas de meditación en las diferentes tradiciones budistas lo que sigue:

* Budismo Theravada: hace hincapié en el análisis y descripción de los diferentes estados de meditación. Limpia de ritual y con un fuerte componente de estudio. Enfatiza un camino progresivo de práctica que pulirá las realizaciones del practicante. El análisis y la sistematización de la experiencia meditativa es la característica principal en la tradición Theravada.
* Budismo Zen: destaca el carácter espontáneo e intuitivo de la sabiduría. La práctica budista es limpia de ritual e intenta buscar una armonía natural en el individuo que le predispone a realizaciones directas e intuitivas. Evitar el dualismo en la comprensión de la realidad, es la característica fundamental de la meditación Zen.
* Budismo Tibetano: sobresalen los mecanismos simbólicos e inconscientes de la mente. Es una práctica ritualista que intenta la transformación de la mente del practicante mediante un camino progresivo de realizaciones. La meditación en el budismo tibetano está centrada desde sus inicios en establecer nuevos patrones psicológicos para aumentar la comprensión de la realidad a niveles profundos. Es la más simbólica y mágica de todas las tradiciones budistas.
* Budismo de la Tierra Pura: resalta el carácter omnipotente de la sabiduría frente a los esfuerzos del individuo. Es una práctica devocional en donde los mantras (recitaciones) predisponen al practicante para una realización instantánea. En el budismo de la Tierra Pura, la devoción, humildad y gratitud suponen en sí mismas vías de realización espiritual como algo muy distintivo.

La meditación budista en el mundo

En general, el Budismo provee de innumerables explicaciones y análisis de los distintos estados mentales en la meditación, sus factores y condicionantes psicológicos. El Budismo es reconocido de manera muy general como la religión más sofisticada que existe respecto a sus técnicas contemplativas. Debido al carácter pragmático de la religión budista, muchas veces esta sofisticación ha sido también útil para acercarse a gente de otras religiones o sin ninguna en especial. A menudo distintas técnicas han sido adoptadas o adecuadas por practicantes de otras religiones dentro de sus propios contextos. También ha sido usada como ayuda para la terapia psicológica o de salud física. En varios países de Europa, está siendo usada con éxito y regularidad para ayudar a la rehabilitación de presos, y sus recientes éxitos con la anorexia han sido a veces espectaculares; siendo alabados tanto en estudios médicos como científicos. También recientemente, la comunidad científica se ha interesado por descifrar fisiológicamente las técnicas de meditación budista. Todo este panorama de revitalización de esta antigua práctica es visto lógicamente con alegría desde la comunidad budista, ya que desde siempre la ha considerado algo totalmente beneficioso para la felicidad de los individuos.

Fuente:
http://sites.google.com/site/creenciasdelmundo/budismo