viernes, 8 de octubre de 2010

La meditación

La Meditación

Las meditaciones budistas dan una forma de trabajar en la mente usando la mente:
permitiendo incrementar la capacidad de conciencia y positividad, que a su vez
se puede usar para ver la naturaleza de las cosas como realmente son. A pesar de
que meditación es una palabra que se utiliza a menudo de una manera coloquial en
Occidente no es extraño que existan malentendidos al respecto.

Posibles malos entendidos de la meditación

Hay varios posibles malos entendidos de lo que es la meditación: uno de ellos es
pensar que la meditación es tan solo un tipo de relajación. Otro puede ser que
la meditación es un estado de trance. Por otro lado a veces se piensa que la
meditación es un agradable viaje lejos de la realidad o que la meditación es una
forma de autohipnosis, incluso se afirma que la meditación es poner la mente en
blanco.

Es cierto que la meditación es un antídoto poderoso contra la tensión, pero este
beneficio es secundario y no su objetivo principal. La meditación así mismo no
es un trance ni un estado hipnótico en el que se pone la mente en blanco. La
meditación es una forma de conciencia más amplia en la que se eleva a nuevas
alturas y no una forma de reducirla a un estado semiconsciente.

Otro error común acerca de la meditación es identificarla como una técnica en
particular. Obviamente el igualar cualquiera de esas técnicas de meditación con
la meditación en su totalidad significa adoptar un criterio restrictivo. La
meditación es esencialmente un estado de ser, o más bien varios estados de ser y
conciencia relacionados. No hay una forma de lograr este estado que sea la
"correcta". Aunque algunas técnicas de meditación resultan muy eficaces para
ciertas personas, en ciertos niveles de su desarrollo, no se debería de
identificar a la meditación con ninguna de estas específicas técnicas.

Las muchas técnicas de meditación budista pueden dividirse en dos grupos
principales dentro de su propósito progresivo. Estas son las técnicas que se
agrupan con el término Samatha, una palabra sánscrita que aproximadamente
significa `paz' o `tranquilidad', y las técnicas que se agrupan con el término
Vipassana o técnicas para alcanzar `visión clara', `percatación' o
`discernimiento'.

La Meditación Samatha

La meditación Samatha calma la mente y orienta el sentido de la conciencia,
fomenta las emociones positivas y expande nuestra perspectiva. Esta forma de
meditación es una preparación esencial para las técnicas Vipassana o de visión
clara, que son más avanzadas; sin esta base Samatha es muy poco probable que
surja la visión clara; que es el objetivo de la meditación Vipassana.

Nuestro estado mental normal se encuentra dividido y a veces muy poco
concentrado, afectado por emociones negativas y limitado por sus puntos de
vista; por lo tanto en este estado no es posible percibir las cosas como
realmente son.

Nuestro nivel de conciencia normal puede compararse con una mala linterna, que
produce una luz difusa al tener las pilas gastadas. Por lo tanto no nos sirve
para alumbrar en la oscuridad. El objetivo de la meditación Samatha podría verse
como el concentrar la luz y recargar las pilas, de tal manera que podamos ver
claramente. O, si usamos una analogía budista más tradicional: nuestro estado
mental normal podría compararse con agua turbulenta y llena de lodo, tan
contaminada por la suciedad que no deja pasar la luz. La meditación Samatha
calma la turbulencia de la mente y permite que se asiente el lodo, de tal forma
que el agua alcance transparencia, brillantez y claridad.

Dos métodos tradicionales de meditación Samatha

La mayoría de las técnicas de meditación Samatha utilizan un objeto de
concentración, que puede ser el proceso de la respiración, un disco de color, la
llama de una vela, incluso un mantra o una emoción positiva tal como el amor
Universal. De todos éstos diferentes objetos probablemente el que más se usa es
la respiración. Esta práctica, generalmente conocida como "el seguimiento de la
respiración", es descrita por el Buda con detalle en los escritos tempranos y se
usa, con variaciones, en la mayoría de las escuelas budistas. Otra práctica de
meditación Samatha es el "desarrollo del amor Universal", en la que el meditador
genera un poderoso sentimiento de amor Universal hacia sí mismo y hacia otros,
usando este sentimiento como el objeto de concentración.

Estas dos técnicas de meditación nos proporcionan una forma directa de trabajar
en nuestra persona y de cultivar dos cualidades de central importancia para el
desarrollo meditacional: la concentración y la sensitividad.

El seguimiento de la respiración

El seguimiento de la respiración permite desarrollar un nivel de concentración
que raramente se experimenta en nuestra vida normal; para muchos después de
hacer esta meditación es una revelación sentirse tan conscientes. La conciencia
que se desarrolla en la meditación empezará a tener un efecto en nuestros
estados mentales de todos los días, dando más claridad y más espacio en nuestra
vida, con una nueva libertad para actuar de una forma más creativa.

Desarrollo de amor Universal

La práctica del desarrollo del "amor Universal" proporciona una forma directa de
trabajar con las emociones, incrementando la autoestima y el cariño por otras
personas. Muchas personas que hacen esta práctica por primera vez se sorprenden
al ver que es posible sentir emociones tan positivas e intensas. Si los efectos
de la meditación se refuerzan con un comportamiento ético, estos sentimientos
pronto empezarán a extenderse a toda nuestra vida, donde parecerá tener un
efecto casi "mágico", mejorando nuestras relaciones interpersonales y a través
de ellas, toda nuestra vida.

Niveles de profundidad en la meditación Samatha

Todas las técnicas Samatha tienen el objeto de inducir estados de concentración,
unificando en la conciencia partes de nuestro ser de una manera armoniosa,
tranquila y clara. Si estamos llevando una vida ética en un ambiente favorable,
que fomenta la satisfacción y las emociones positivas, cuando se medita se llega
a transformar el vagabundeo mental que hay en la cabeza para dar lugar a
sentimientos agradables de ligereza, quietud y tranquilidad. Empezarán a
disolverse los conflictos internos, reemplazando los elementos inquietos y
egoístas por perspectivas mas amplias y objetivas. Al desarrollar estados
meditativos puede que se experimenten olas de gozo, que parecen surgir de las
profundidades de aquel que medita; en algunas personas estas olas serán tan
fuertes que producirán profundos y agradables escalofríos. Por otra parte, uno
se saturará de emociones cálidas, de tal forma que se fundirá la parte emocional
y la parte mental en una sola facultad, experimentándose todo con una nueva luz,
más clara y brillante. Los meditadores más experimentados pueden alcanzar
estados aún más profundos, hasta llegar a niveles de inspiración en los que se
disuelven los límites normales entre uno y el resto del mundo. Entonces pueden
surgir en algunas personas los denominados poderes sobrenaturales, tales como la
capacidad de ejercer un efecto benevolente en la experiencia de otros.

No cabe duda que todo esto es sublime y es algo que puede estar al alcance de
cualquier meditador regular. Sin embargo la meditación no siempre es así. En
algunas ocasiones el meditador pasará por periodos en que meditar significa
batallar con una mente llena de deseo insatisfecho, ira o conflicto. En estas
ocasiones la meditación representa una tarea ardua. Sin embargo, aún cuando se
experimentan dificultades, la meditación es un trabajo realmente útil debido a
que nos permite tener un control gradual de estados mentales torpes, tanto en
las sesiones de meditación como en el resto del día.

A pesar de que la meditación Samatha es una preparación para la práctica
Vipassana, debe estar claro que no es algo simplemente preliminar. No es algo
que tengamos que llevar a cabo a prisa para poder así empezar con el trabajo
auténtico. Aunque no existiera la meditación Vipassana, todavía sería muy útil
la meditación Samatha, ya que aún cuando puede ser ardua lleva a elevar los
estados mentales dando al meditador calma y positividad. La meditación Samatha,
en el mejor de los casos, es profundamente placentera y puede tener efectos muy
grandes, dándole a nuestra experiencia de vida una perspectiva más amplia, clara
y brillante.

La Meditación Vipassana

Para la mayoría de la gente el fruto inmediato de la práctica budista es un
estado de mayor calma, positividad y conciencia, junto con una sensación de
crecimiento, plenitud y satisfacción. Sin embargo todas estas cualidades, por
positivas que sean, no son todo el objetivo de la meditación. Son cualidades
deseables pero sujetas al cambio. Incluso el ser humano más sano puede verse
afectado por el cambio cuando este sucede con la adversidad, la enfermedad,
vejez o muerte. En estas situaciones necesitamos ser algo más que seres humanos
saludables.

Los budistas usan prácticas de meditación Vipassana como métodos para fomentar
la visión clara. Existe un gran número de prácticas Vipassana; quizás la mayoría
de las muchas técnicas de meditación budista son de esta clase. No sería muy
útil describir ninguna de ellas en detalle en un articulo como éste, sin embargo
todas cuentan con ciertas características comunes. Todos los métodos Vipassana
deben practicarse por meditadores experimentados. El primer estadio común en las
meditaciones Vipassana consiste en el establecimiento de una calidad meditativa
firme usando alguna de las practicas Samatha. Una vez que se ha establecido esta
calidad meditativa, la persona tiene que dejar que su atención se centre en algo
que represente o simbolice algún aspecto de la realidad última; esta
representación puede darse por medio de palabras o de una imagen visual. Dejamos
que este "símbolo" impregne la conciencia serena y concentrada del meditador, de
tal forma que pueda llevar a una visión clara y genuina de la verdad que
representa. Otra forma de llegar a Vipassana es cuando una vez que se establece
el estado meditativo, la persona puede concentrarse en la naturaleza misma de la
mente, o puede volverse intensamente consciente de su experiencia de cada
instante, con el objetivo de alcanzar una visión clara de la naturaleza de la
realidad que se está experimentando.

Ya se ha observado que la visión clara, dentro del contexto budista, no se
refiere únicamente a una comprensión intelectual. Es importante que esto quede
claro. Nuestra mente racional ocupa tan solo una pequeña parte de nuestra
psique. Un entendimiento intelectual del mundo o de nuestra persona puede ser
una revelación, sin embargo no es suficiente para cambiar nuestra conducta o
nuestra perspectiva. La visión clara genuina impregna y altera nuestro ser en su
totalidad. Para experimentar una visión clara y verdadera necesitamos
encontrarnos en un estado especial y más elevado. Necesitamos establecer los
cimientos de la meditación Samatha antes de que pueda ser eficaz nuestra
meditación de la visión clara. No es posible alcanzar la meta del budismo, la
Iluminación simplemente leyendo libros, estudiando o filosofando, por valiosas
que puedan ser estas actividades.

El Objetivo Último

El objetivo último de la meditación Vipassana es permitir que la visión clara
madure hasta, el punto en que cause, lo se ha llamado, "un giro en el asiento
más profundo de la conciencia" (Paravritti). Una vez que esto ha sucedido no hay
retroceso: ha ocurrido un cambio tan profundo y fundamental que no es posible
regresar a las antiguas formas de ver la vida. A partir de este punto todo
nuestro ser se desplaza hacia la Iluminación.

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