martes, 27 de septiembre de 2011

Declaración de Su Santidad el XIV Dalai Lama, Tenzin Gyatso, sobre el tema de su reencarnación

Introducción


Compañeros tibetanos, aquellos que se encuentran tanto dentro como fuera de Tíbet, todos aquellos que siguen la tradición budista tibetana, y todo el que tiene una conexión con el Tíbet y los tibetanos:
Debido a la previsión de nuestros antiguos reyes ministro y adeptos académicos la enseñanza completa del Buda, que comprende las enseñanzas de las escrituras y la realización de los tres vehículos y los cuatro grupos de Tantra y demás temas relacionados con estas disciplinas, florecieron en la Tierra de las Nieves. Tíbet ha fungido como la fuente de tradiciones culturales budistas con el mundo. En particular, ha contribuido significativamente a la felicidad de innumerables seres en Asia, incluyendo China, Tibet y Mongolia.
En el curso de la defensa de la tradición budista en el Tíbet, hemos desarrollado la tradición de reconocer las reencarnaciones de eruditos y adeptos que han sido de gran ayuda tanto a los seres sintientes como al Dharma y en particular a la comunidad monástica.
Desde que el omnisciente Gedun Gyatso fue reconocido y confirmado como la reencarnación de Gedun Drub en el siglo XV y el Gaden Phodrang Labrang (la institución de los Dalai Lamas) fue establecida las sucesivas reencarnaciones han sido reconocidas. El tercero en la línea, Sonam Gyatso, recibió el título de Dalai Lama. El quinto Dalai Lama, Ngawang Lobsang Gyatso, estableció el Gobierno Gaden Phodrang en 1642, convirtiéndose en el líder espiritual y político del Tíbet. Por más de 600 años desde Gedun Drub, una serie de reencarnaciones inequívocas han sido reconocidas en el linaje de los Dalai Lama.
Los Dalai Lamas han fungido como líderes políticos y espirituales del Tíbet por 369 años desde 1642. Voluntariamente he traído esto a su fin, satisfecho y orgulloso de que podemos seguir el sistema de gobierno democrático que ha florecido en otras partes del mundo. De hecho, ya en 1969, deje en claro que las personas interesadas deben decidir si las reencarnaciones de los Dalai Lamas deben continuar en el futuro. Sin embargo, en ausencia de reglas claras, en caso de que el público interesado exprese un fuerte deseo por la que la institución de los Dalai Lamas deba continuar, hay un riesgo evidente de que los intereses políticos den un mal uso del sistema de reencarnación para cumplir con su agenda política particular. Por lo tanto, mientras me encuentro física y mentalmente sano, me parece importante que defina unas reglas claras para reconocer al próximo Dalai Lama, para que no haya lugar para la duda o el engaño. Para que estas pautas sean plenamente comprensibles, es esencial entender el sistema de reconocimiento de los Tulku y los conceptos básicos detrás de él. Por lo tanto, los explicare a continuación brevemente.

Vidas pasadas y futuras

Para poder aceptar la reencarnación o la veracidad de los tulkus, tenemos que aceptar la existencia de vidas pasadas y futuras. Los seres sensibles llegan a la vida presente provenientes de su vida anterior y renacen de nuevo después de la muerte. Este tipo de renacimiento continuo es aceptada por todas las antiguas tradiciones espirituales y las escuelas filosóficas de la India , excepto los Charvakas, que se caracterizaban por ser un movimiento materialista. Algunos pensadores modernos niegan las vidas pasadas y futuras con la premisa de que no podemos conocerlas. Otros no sacan conclusiones tan claras sobre esta base.
Aunque muchas tradiciones religiosas aceptan el renacimiento, difieren en sus puntos de vista sobre qué es lo que renace, cómo se renace y cómo se transita a través del período entre dos vidas. Algunas tradiciones religiosas aceptan la perspectiva de una vida futura pero rechazan la idea de vidas pasadas.
En general, los budistas creen que no hay un principio a los nacimientos y que, una vez que logremos la liberación del ciclo de la existencia mediante la superación de nuestro karma y las emociones destructivas, no se va a renacer bajo el dominio de estas condiciones. Por lo tanto, los budistas creen que hay fin a renacer bajo el resultado de las emociones y karma destructivos, pero la mayoría de las escuelas filosóficas budistas no aceptan que el flujo mental llegue a su fin. Rechazar el renacimiento pasado y futuro estaría en contradicción con el concepto budista de la base, el camino y el resultado, que se explica sobre el entendimiento de la mente disciplinada o indisciplinada. Si aceptamos este argumento, lógicamente, también tendría que aceptar que el mundo y sus habitantes son resultado de causas y condiciones. Por lo tanto, mientras seas budista, es necesario aceptar el renacimiento pasado y futuro.
Para aquellos que recuerdan sus vidas pasadas, el renacimiento es una experiencia clara. Sin embargo, la mayoría de los seres ordinarios olvidan su vida pasada y el proceso de la muerte, del estado intermedio y el renacimiento. Como el renacimiento pasado y futuro es un poco más oscuro para ellos, tenemos que usar la lógica basada en la evidencia para la existencia de estos a ellos.
Hay muchos diferentes argumentos lógicos que figuran en las palabras del Buda y los comentarios posteriores con el fin de probar la existencia de vidas pasadas y futuras. En resumen, se reducen a cuatro puntos: la lógica de que las cosas están precedidas por cosas de la misma naturaleza, la lógica de que las cosas están precedidas por una causa sustancial, la lógica de que la mente ha adquirido familiaridad con las cosas en el pasado, y el lógica de haber tenido la experiencia de las cosas en el pasado.
En última instancia, todos estos argumentos se basan en la idea de que la naturaleza de la mente, su claridad y conciencia, deben tener claridad y conciencia como causa sustancial. No puede haber ninguna otra entidad, como un objeto inanimado, como su causa sustancial. Esto es evidente por sí mismo. A través del análisis lógico se infiere que una nueva flujo de claridad y conciencia no puede producirse sin causas o por otras causas sin similitud a su naturaleza. Si bien observamos que la mente no puede ser producida en un laboratorio, también se deduce que no puede se puede eliminar el flujo de continuidad de la claridad y la conciencia sutil.
Hasta donde yo sé, ningún psicólogo moderno, físico, o neurocientífico ha podido observar la producción de la mente de la materia o sin causa alguna.
Hay gente que puede recordar su vida anterior inmediata, o incluso muchas vidas pasadas, así como ser capaz de reconocer los lugares y los familiares de esas vidas. Esto no es sólo algo que ocurrió en el pasado. Incluso hoy en día hay muchas personas en Oriente y Occidente que pueden recordar los incidentes y las experiencias de sus vidas pasadas. Negar este hecho no es una manera honesta e imparcial de investigar, porque va en contra de esta evidencia. El sistema tibetano de reconocimiento de renacimientos es un modo auténtico de investigación basada en el recuento de la gente sobre sus vidas pasadas.

¿Cómo se lleva a cabo el renacimiento?

Hay dos maneras en las que alguien puede renacer después de la muerte: bajo el dominio de las emociones destructivas y el karma o a través del poder de la compasión y la plegaria. En cuanto al karma en primer lugar, debido a la ignorancia, se crea propensiones positivas y negativas y sus huellas quedan en la conciencia. Estos se vuelven a activar a través de la aversión y el aferramiento, impulsándonos hacia la próxima vida. A continuación experimentamos renacimiento involuntariamente en los reinos superiores o inferiores. Esta es la manera como los seres ordinarios circulan sin cesar a través de la existencia, similar al girar de una rueda. Incluso en esas circunstancias los seres ordinarios pueden participar diligentemente con aspiraciones positivas en las prácticas virtuosas en el día a día. Que se familiaricen con la virtud para que en el momento de la muerte puede ser reactivado ese karma y proporcione al practicante los medios para que pueda renacer en un plano superior de existencia. Por otro lado, los Bodhisattvas superiores, que han alcanzado el camino de ver, no renacen por la fuerza de su karma y las emociones destructivas, sino debido a la fuerza de su compasión por los seres sensibles y con base en sus plegarias para beneficiar a otros. Son capaces de elegir su lugar y hora de nacimiento, así como sus futuros padres. Este renacimiento, que es exclusivamente para el beneficio de los demás, es el renacimiento a través de la fuerza de la compasión y la plegaria.

El significado de Tulku

Parece que la costumbre tibetana de la aplicación del epíteto “Tulku” (Cuerpo de Emanación de Buda) a reencarnaciones reconocidas, comenzó cuando los devotos lo usaron como un título honorífico, pero desde entonces se ha convertido en una expresión común. En general, el término Tulku se refiere a un aspecto particular del Buda, uno de los tres o cuatro que se describe en el vehículo Sutra. De acuerdo con esta explicación, el Dharmakaya, que comprende el Cuerpo de Sabiduría y el Cuerpo de la Naturaleza Vacua, son aspectos del Buda que pueden ser alcanzados por una persona que aún está totalmente sujeta a las emociones destructivas y el karma. El primero de estos, se refiere a la mente iluminada de un Buda, que lo ve todo de manera directa y precisa, tal como es, en un instante. Se realiza a través de haber purificado todas las emociones destructivas, así como sus impresiones, por medio de la acumulación de mérito y sabiduría durante un largo período de tiempo. En cambio este último, el Cuerpo de la Naturaleza Vacua, se refiere a la naturaleza vacía de la mente iluminada que todo lo sabe. Estos dos en conjunto son los aspectos de los Budas. Sin embargo, ya que no son directamente accesibles a los demás y sólo entre los propios Budas, es imperativo que se los Budas manifiesten en formas físicas que sean accesibles a los seres sensibles para poder ayudarlos. Por lo tanto, el aspecto físico de un Buda es el Cuerpo de Supremo Gozo (Sambhogakaya), que es accesible a los Bodhisattvas superiores, y tiene cinco características definidas y el residir en el cielo Akanishta. Del Cuerpo de Supremo Gozo se manifiestan los miles Cuerpos de Emanación o Tulkus (Nirmanakaya) de los Budas, que aparecen como dioses o seres humanos y son accesible incluso para los seres ordinarios. Estos dos aspectos físicos de Buda reciben el nombre de Cuerpo de Forma, y son para ayudar a otros.
El Cuerpo de Emanación es dividido en tres: a) el Cuerpo de Emanación Suprema como el Buda Shakyamuni, el Buda histórico, quien manifestó las doce obras de un Buda, como haber nacido en el lugar que él escogió, y así sucesivamente; b) el Cuerpo de Emanación artística que sirve a los demás manifestándose como artesanos, artistas, etc, y c) el Cuerpo de Emanación encarnado, según el cual los Budas aparecen en diversas formas como lo son seres humanos, deidades, ríos, puentes, plantas medicinales, y árboles para ayudar a los seres sintientes. De estos tres tipos de Cuerpo de Emanación, las reencarnaciones de los maestros espirituales reconocidos en el Tíbet como “Tulkus” pertenecen a la tercera categoría. Entre estos Tulkus puede haber muchas personas que están verdaderamente calificados como Cuerpos de Emanación de los Budas, pero esto no se aplica necesariamente a todos ellos. Entre los Tulkus del Tíbet puede haber quienes son renacimientos de Bodhisattvas superiores, Bodhisattvas en los caminos de la acumulación y preparación, así como maestros que aún no ha entrado en el camino del Bodhisattva. Por lo tanto, el título de Tulku se da para designar a Lamas ya sea sobre la base de su parecido a los seres iluminados o por medio de su conexión con ciertas cualidades de los seres iluminados.

Como Jamyang Khyentse Wangpo dijo:

“La reencarnación es lo que ocurre cuando alguien toma el renacimiento después del fallecimiento de su predecesor. Emanación es cuando las manifestaciones tienen lugar sin la fuente de fallecimiento”

Reconocimiento de las reencarnaciones

La práctica de reconocer quién es quién en la vida anterior de una persona se produjo incluso cuando Shakyamuni Buda estaba vivo. Se encuentran muchos relatos en las cuatro secciones de Agama en el Vinaya Pitaka, las historias Jataka, el Sutra del prudente y el insensato, el Sutra de los Cien Karmas y así sucesivamente, en la que el Tathagata reveló el funcionamiento del karma, contando innumerables historias acerca de cómo los efectos de ciertos karmas creados en una vida pasada son experimentados por una persona en su vida presente. Además, en las historias de vida de los maestros indios, que vivieron después que el Buda, muchos platicaron sus anteriores previos de nacimiento. Aunque hay muchas historias de este tipo, el sistema de reconocimiento y el nombramiento de sus reencarnaciones no se produjo en la India.

El sistema de reconocimiento de reencarnaciones en el Tíbet

Las vidas pasadas y futuras se afirman en la tradición indígena tibetana (Bon) antes de la llegada del budismo. Y con la difusión del budismo en el Tíbet, prácticamente todos los tibetanos creen en vidas pasadas y futuras. La investigación de las reencarnaciones de muchos maestros espirituales que practicaron el Dharma, así como la costumbre de rezar con devoción a ellos, florecieron por todas partes en el Tíbet. Muchas escrituras auténticas y libros tibetanos como el Kabum Mani y las Enseñanzas del Quíntuple Kathang, el Libro de los discípulos de Kadam y la Guirnalda de Joyas: respuestas a las preguntas, que fueron relatadas por la gloriosos, como el incomparable maestro indio Atisha Dipankara en el siglo 11 en el Tíbet, cuentan historias de las reencarnaciones de Arya Avalokiteshvara, el Bodhisattva de la compasión. Sin embargo, la tradición actual de reconocimiento formal de las reencarnaciones de los maestros comenzó en el siglo 13 con el reconocimiento del Karmapa Pagshi por sus discípulos, como la reencarnación del Karmapa Dusum Khyenpa, de acuerdo con su predicción. Desde entonces, ha habido diecisiete reencarnaciones del Karmapa en más de 900 años. Del mismo modo, desde el reconocimiento de Kunga Sangmo como la reencarnación de Khandro Choekyi Dronme en el siglo 15 ha habido más de diez encarnaciones de Samding Dorje Phagmo. Así, entre los Tulkus reconocidos en el Tíbet hay monjes y practicantes laicos tántricos, tanto hombres como mujeres. Este sistema de reconocimiento de las reencarnaciones gradualmente se extendió a otras tradiciones budistas tibetanas, y Bon, en el Tíbet. En la actualidad, se reconocen Tulkus en todas las tradiciones del budismo tibetano, el Sakya, Geluk, Kagyu y Nyingma, así como Jonang y Bodong, que sirven al Dharma. También es evidente que entre estos Tulkus algunos son una vergüenza.
El omnisciente Drub Gedun, que era un discípulo directo de Je Tsongkhapa, fundó el monasterio de Tashi Lhunpo en Tsang, y cuidó de sus estudiantes. Falleció en 1474 a la edad de 84 años. Aunque inicialmente no se hicieron esfuerzos para identificar a su reencarnación, la gente se vió obligada a reconocer a un niño llamado Sangye Chophel, que había nacido en Tanak, Tsang (1476), por lo que tenía decia acerca de sus increíbles e impecables recuerdos de su vida pasada. Desde entonces, es que se inició la tradición de la búsqueda y el reconocimiento de las sucesivas reencarnaciones de los Dalai Lamas por el Labrang Gaden Phodrang y más tarde el Gobierno de Gaden Phodrang.

Las formas de reconocer las reencarnaciones

Después de que el sistema de reconocimiento de Tulkus entró en vigor, los distintos procedimientos para realizarlo comenzaron a desarrollarse y crecer. Entre ellos algunos de los más importantes incluyen la carta de predicción de su predecesor y otras instrucciones e indicaciones de lo que podría ocurrir, la recolección fiable de su vida anterior por parte de la persona en cuestión, la identificación de bienes pertenecientes a la encarnación anterior y el poder reconocer a las personas que habían estado cerca de él. Aparte de estos, los métodos incluyen pedir a los maestros espirituales confiables su adivinación, así como la búsqueda de las predicciones por parte de oráculos mundanos, que aparecen a través de mediums en trance, y la observación de las visiones que se manifiestan en los lagos sagrados de los protectores como Lhamoi Latso, un lago sagrado del Sur de Lhasa.
Cuando sucede que hay más de un candidato potencial para ser reconocido como un Tulku, y se hace difícil decidir, hay una práctica de tomar la decisión final por medio de la adivinación con el método de zen tak ante una imagen sagrada, mientras que se invoca por el poder de la verdad.

Emanación antes del fallecimiento de su predecesor (ma-dhey tulku)

Por lo general, una reencarnación tiene que ser el renacimiento de alguien como ser humano después de haber fallecido. Los seres sintientes ordinarios no puede manifestar una emanación antes de la muerte (ma-dhey tulku), pero los Bodhisattvas superiores, que pueden manifestarse en cientos o miles de cuerpos al mismo tiempo, si lo pueden hacer antes de su muerte. En el sistema tibetano de Tulkus existen emanaciones que pertenecen al mismo flujo mental que su predecesor, emanaciones que están conectados a los demás a través del poder del karma y las plegarias, y las emanaciones que vienen como resultado de las bendiciones y el nombramiento.
El objetivo principal de la aparición de una reencarnación es continuar el trabajo inconcluso de su predecesor para servir al Dharma y a los seres. En el caso de un Lama que es un ser ordinario, en lugar de tener una reencarnación de un mismo flujo mental, alguien con conexiones con el Lama y a través de karma puro y plegarias pueden ser reconocidos como su emanación. Alternativamente, es posible que el Lama nombre a un sucesor a su discípulo o alguien joven que va a ser reconocido como su emanación. Puesto que estas opciones son posibles en el caso de un ser ordinario, una emanación antes de la muerte que no es del mismo flujo mental es factible. En algunos casos un alto Lama puede tener varias reencarnaciones al mismo tiempo, como encarnaciones de cuerpo, palabra y mente, y así sucesivamente. En los últimos tiempos, se han producido emanaciones reconocidas antes de la muerte como Dudjom Jigdral Yeshe Dorje y Chogye Trichen Ngawang Khyenrab.

Uso de la urna de oro

A medida en que la era degenerada empeora y más reencarnaciones de lamas son reconocidas, algunos de ellos por motivos políticos, se incrementa el numero de casos que han sido a través de medios inadecuados y cuestionables trayendo como resultado un enorme daño al Dharma.
Durante el conflicto entre el Tíbet y los Gurkhas (1791-93), el Gobierno tibetano tuvo que pedir apoyo militar al gobierno Manchu. En consecuencia, el militar Gurkha fue expulsado de Tíbet, pero después funcionarios manchúes hicieron una propuesta de 29 puntos con el pretexto de hacer a la administración del gobierno tibetano más eficiente. Esta propuesta incluía la sugerencia de recoger objetos de una urna de oro para decidir sobre el reconocimiento de las reencarnaciones de los Dalai Lamas, los Panchen Lamas y Hutuktus, título mongol dado a lamas. Por lo tanto, este procedimiento se ha seguido para reconocer algunas reencarnaciones de los Dalai Lamas, los Panchen Lamas y otros Lamas. El ritual que se siguió fue escrito por el Octavo Dalai Lama Jampel Gyatso. Incluso después de que este sistema había sido introducido, este procedimiento se ha prescindido en la elección del noveno, treceavo y el mío, el XIV Dalai Lama.
Incluso en el caso del Décimo Dalai Lama, la reencarnación auténtica ya había sido encontrado y en realidad, este procedimiento no se siguió, pero a fin de complacer a los manchúes se anunció simplemente que este procedimiento se había llevado a cabo.
El sistema de la urna de oro fue utilizado sólo en los casos de los Dalai Lamas once y doce. Sin embargo, el XII Dalai Lama ya había sido reconocido antes de que el procedimiento fuera empleado. Por lo tanto, sólo ha habido una ocasión en que un Dalai Lama fue reconocido mediante el uso de este método. Del mismo modo, entre las reencarnaciones de los Panchen Lama, además de la octava y novena, en ningún otro caso este método fue empleado. Este sistema fue impuesto por los manchúes, pero los tibetanos no tenían fe en él porque no tenía ninguna cualidad espiritual. Sin embargo, si iban a ser utilizados con honestidad, me parece que lo podríamos considerar similar a la forma de adivinación que emplean el método de zen tak.
En 1880, durante el reconocimiento del decimotercer Dalai Lama como la reencarnación del doceavo, la relación sacerdote-patrón entre el Tíbet y los manchúes todavía existía. Fue reconocido como la inequívoca reencarnación por el Octavo Panchen Lama, por las predicciones de los oráculos de Nechung y Samye y mediante la observación de las visiones que aparecieron en el lago Lhamoi Latso, por lo tanto el procedimiento de la urna de oro no se siguió. Esto puede entenderse claramente en el testamento final del decimotercer Dalai Lama del Año del mono de agua (1933) en el que señala:
“Como todos ustedes saben, no fui seleccionado en la forma habitual de la urna de oro, pero la selección fue anunciada y divina. De acuerdo con estas adivinaciones y profecías es que fui reconocido como la reencarnación del Dalai Lama y posteriormente entronizado. “
Cuando yo era reconocido como la encarnación de la XIV Dalai Lama en 1939, la relación sacerdote-patrón entre Tíbet y China ya había llegado a su fin. Por lo tanto, no había necesidad de confirmar la reencarnación mediante el empleo de la urna de oro. Es bien conocido que el entonces regente del Tíbet y de la Asamblea Nacional Tibetana había seguido el procedimiento para el reconocimiento de la reencarnación del Dalai Lama, teniendo en cuenta las predicciones de los lamas, los oráculos y las visiones en el lago Lhamoi Latso. Los chinos no ha participaron en nada, sin embargo, algunos funcionarios interesados de Kuomintang astutamente después difundieron mentiras en los periódicos diciendo que habían acordado renunciar al uso de la urna de oro y que Wu Chung-Tsin presidió mi entronización, y así sucesivamente. Esta mentira fue expuesta por Ngabo Ngawang Jigme, el Vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, a quien la República Popular de China consideraba una persona progresista, en la segunda reunión de la Quinta Asamblea Popular de la Comunidad Autónoma de la Región del Tíbet (31 de julio de 1989). Esto fue claro cuando al final de su discurso, en el que se dio una explicación detallada de los hechos y se presentaron pruebas documentales, dijo:
“¿Qué necesidad hay para el Partido Comunista seguir su propio ejemplo y continuar con las mentiras del Guomintang?”

Estrategia engañosa y falsas esperanzas

En el pasado reciente, ha habido casos de los personas irresponsables que se entregaban a métodos impropios para reconocer a las reencarnaciones y que han socavado el Dharma, a la comunidad monástica y a nuestra sociedad. Por otra parte, desde la época manchú China las autoridades políticas en repetidas ocasiones han participado de diversas maneras engañosos con el budismo, los maestros budistas y Tulkus usándolos como instrumento para alcanzar sus fines políticos, ya que se involucraron en los asuntos del Tíbet y de Mongolia. Hoy en día, los gobernantes autoritarios de la República Popular de China, que como comunistas rechazan la religión, pero aún así se involucran en los asuntos religiosos, han impuesto la llamada campaña de re-educación y promulgaron que la llamada Orden N º Cinco, relacionada con el control y el reconocimiento de las reencarnaciones y que entró en vigor el 1 de septiembre de 2007. Esto es indignante y vergonzoso. La aplicación de métodos inapropiados para el reconocimiento de reencarnaciones, con el propósito de erradicar nuestra tradición cultural tibetana, está haciendo un daño que será difícil de reparar.
Por otra parte, dicen que están esperando mi muerte, y reconocer al decimoquinto Dalai Lama de su elección. Es claro que por sus normas y reglamentos recientes y declaraciones posteriores que tienen una estrategia para engañar a los tibetanos, a los seguidores de la tradición budista tibetana y a la comunidad mundial. Por lo tanto, como yo tengo la responsabilidad de proteger a los seres sintientes, al Dharma y contrarrestar los efectos de estos regímenes perjudiciales, hago esta declaración.

La próxima encarnación del Dalai Lama

Como he mencionado antes, la reencarnación es un fenómeno que debe llevarse a cabo a través de la elección voluntaria de la persona en cuestión o por lo menos en la fuerza de su karma, mérito y las plegarias. Por lo tanto, la persona que se reencarna es la única con autoridad legítima sobre dónde y cómo él o ella toma el renacimiento y la forma en que la reencarnación será reconocida. Es una realidad que nadie puede obligar a la persona en cuestión, o manipularla. Es particularmente inapropiado para los comunistas chinos, que explícitamente rechazan la idea de vidas pasadas y futuras y el concepto de reencarnación de los Tulkus, inmiscuirse en el sistema de la reencarnación y en especial en las de los Dalai Lamas y los Panchen Lamas. Esta intromisión descarada se encuentra en contradicción con su ideología política y pone de manifiesto su doble moral. Si esta situación continuará en el futuro, será imposible para los tibetanos y los que siguen la tradición budista tibetana a aceptarlos o reconocerlos.
Cuando me encuentre cerca de los noventa años consultare a las lamas de mayor jerarquía de todas las tradiciones budistas tibetanas, al pueblo del Tíbet, y a otras personas interesadas que siguen el budismo tibetano, para volver a evaluar si la institución del Dalai Lama debe continuar o no. Sobre esa base vamos a tomar una decisión. Si se decide que la reencarnación del Dalai Lama debería continuar y que es necesario que el Dalai Lama XV sea reconocido, la responsabilidad de hacerlo principalmente recae en los oficiales en de confianza de Gaden Phodrang. Se debe consultar a los distintos jefes de las tradiciones budistas tibetanas y a los protectores protectores del Dharma que están vinculados inseparablemente al linaje de los Dalai Lamas. Se debe buscar el consejo y la dirección de los seres en cuestión y llevar a cabo los procedimientos de búsqueda y reconocimiento, de acuerdo con la tradición antigua. Dejare instrucciones claras por escrito sobre esto. Tengan en cuenta que, aparte de la reencarnación reconocida a través de tales métodos legítimos, ningún reconocimiento o aceptación se debe dar a un candidato elegido con fines políticos por cualquier persona, incluidos aquellos de la República Popular de China.

Su Santidad el 14º Dalai Lama, Dharamsala, India, Septiembre de 2011
Fuente: www.casatibet.org.mx - Dalailama.com
Traducción al español por: Alan Ruiz

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